Zaragoza.- Manuel Martín, Santos Moliner, Julián Ramal, Pilar Andrés, Pilar Acero y Fernando Bergés son los seis discapacitados psíquicos que alcanzaron el lunes, 15 de septiembre, la cima de Djebel Toubkal, de 4.167 metros de altura, y que han vuelto ya a casa con la convicción de que son capaces de todo. Tras tres días de subida, la expedición que viajó a Marruecos ha hecho este miércoles balance de la aventura que el jefe de ésta, Ángel Sicilia, ha calificado de “fructífera y apasionante”.
Sicilia ha asegurado que este tipo de proezas “pretenden cambiar la percepción que tiene la sociedad sobre los discapacitados psíquicos y sus limitaciones”. Una idea que ha respaldado el periodista José Luis Trasobares, que participó en la expedición como monitor voluntario, y que ha asegurado que desde el punto de vista de un montañero experimentado, la cima alcanzada “no es una cosa facilita sino que se trata de una montaña hostil, seca, con mucha pedrera y que necesita de mucha concentración”.
Pilar Acero, una de las participantes, ha reconocido que no pudo evitar llorar “cuando llegué arriba porque con el exceso de altura me encontré muy mal y, sin embargo, conseguí subir hasta la cima”. Además, al igual que Acero, Fernando Borgés, que ha sido en varias ocasiones campeón de España de slalom gigante dentro de la competición de disminuidos y que ascendió en 2006 el Kilimanjaro con la organización, ha ratificado su intención de participar en una futura ascensión.
Cada deportista discapacitado, según explicaba el jefe de expedición, iba acompañado por un monitor “con el que ya convivió en verano cuando para entrenarnos íbamos al Pirineo oscense”. De este modo, “y aunque no les hace falta y todos tiramos de todos en la montaña”, la organización se sentía “más tranquila”, según Sicilia.
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Seis aragoneses con discapacidad psíquica alcanzaron la cima de Djebel Toubkal |
Además, José Luis Trasobares ha resaltado que “muchas veces no necesitan tu ayuda y son ellos los que te tienen que ayudar a ti cuando estás desanimado”. De hecho, el momento en que más han precisado apoyo ha sido durante la bajada porque, según la monitora voluntaria Ana Sanz, “llegamos todos desanimados y cansados porque cuando subes es todo alegría y al bajar sólo piensas en llegar al refugio y descansar”.
Los miembros de la expedición han asegurado que, una vez descendieron la cima, celebraron una gran fiesta con los guías y el resto de montañeros que se encontraban en el refugio. Así, para todos ellos, “representamos Blancanieves y los siete enanitos en español y francés, todos disfrazados”, según ha explicado Acero. En concreto, Acero ha bromeado y ha recalcado que “yo hice de bruja”.
La expedición, que ha permanecido en Marruecos seis días, fue organizada por Atades Huesca, Fundación “Benito Ardid” de Zaragoza, la turolense Atadi y por la Fundación “José Luis Azurca”.
