Zaragoza.- ¿Qué precio tiene nuestra ética? ¿Nos censuramos? ¿Es la democracia el mejor sistema? ¿Somos libres? Son las reflexiones que lanza al público Un Enemigo del Pueblo (Ágora). Una controvertida adaptación del clásico de Ibsen del siglo XIX, del dramaturgo y director catalán Álex Rigola, cuyo principal objetivo es jugar, según ha manifestado uno de los intérpretes estrella, Israel Elejalde , "jugar con la mente del público" y estimular "su resistencia ética". Su límite moral.
Desde esa perspectiva, los actores invitarán a los "atrevidos" asistentes a cuestionarse la realidad, y a empatizar con otras formas de realidad, a través de una historia "ficcionada, pero real", donde se libra la batalla entre la libertad y el poder establecido. Un Enemigo del Pueblo representa un conflicto de intereses entre, precisamente, una compañía de teatro y un benefactor político antagónico a sus ideales, y los distintos episodios derivados cuando los miembros de dicha compañía decidieron acallar lo imprescindible, para no perder las ayudas que dan viabilidad a su proyecto artístico.
La función, que tan solo tendrá dos únicos pases este viernes y sábado por la tarde en el Teatro Principal, quiere concebirse como “una experiencia para revolver conciencias”. De hecho, es la sensación que desprende ha desprendido el público en otras ocasiones. "Observamos su enfado como mecanismo de defensa, pero también cómo van transformando su percepción, planteándose otras realidades posibles", ha revelado la actriz Irene Escolar, que forma parte del elenco de la función.
