Zaragoza, un instructivo enclave para los ascensores del futuro

Schindler es uno de los grupos multinacionales más conocidos del sector del ascensor y Zaragoza acoge uno de sus complejos industriales más importantes. Las instalaciones mañas albergan un innovador Centro de Montaje -único en el mundo-, desde donde la marca forma anualmente a 200 nuevos profesionales de la "movilidad del futuro".

Zaragoza.- España es el país que más ascensores tiene de toda Europa y, gran parte de ellos, llevan impresa la marca Schindler, una de las multinacionales más conocidas del sector. Históricamente, estos aparatos elevadores surgieron, como casi todo invento, de la necesidad social. El fundador de la compañía, Robert Schindler, ejerció cierto poder visionario sobre el futuro de esta plataforma transportadora vertical y en 1890 construyó el primer elevador hidráulico de la historia. 

Más de un siglo después, la marca se ha convertido en el primer fabricante europeo del sector y Zaragoza alberga una de sus plantas de producción más importantes. Se encuentra ubicada en el polígono Empresarium de La Cartuja, y principalmente se centra en la fabricación de componentes y ascensores a pedido, además de dar servicio al resto de centros y filiales del grupo alrededor del mundo. Un sector en alza hoy en día, según argumenta el director general, Javier Catalina, debido a los crecientes "cambios demográficos" y sus correspondientes picos en la demanda de propiedad urbanizable. 

El complejo industrial de Zaragoza, de 47.000 metros cuadrados y varios departamentos de I+D, está especializado en innovadores componentes de seguridad -limitadores de velocidad, cabinas especiales o máquinas de tracción- y está considerada como una de las más modernas del grupo en Europa. Desde la marca clasifican la innovación como uno de sus principales vectores de competitividad. Innovación que busca ensamblarse, analiza Catalina, con lo que se considera ya "la movilidad del futuro". 

A la vanguardia del sector

Schindler capacita a sus futuros empleados a producir bajo rigurosos códigos de calidad
Schindler capacita a sus futuros empleados a producir bajo rigurosos códigos de calidad

Los ascensores y escaleras mecánicas Schindler están presentes en numerosos puntos de decenas de ciudades de los cinco continentes. Urbes que, además, aspiran con vehemencia a articularse como Smart Cities, por lo que exigen cada vez más elementos modernos e inteligentes. Bajo esta máxima trabaja hoy en día Schindler, centrando principalmente sus producciones en la eficiencia energética, el "Internet of Things. Lo hace además en prácticamente todos los ámbitos en los que opera, involucrando los sistemas digitales en toda la cadena de valor: Hoteles, residenciales, hospitales, centros comerciales, instituciones, espacios deportivos, o transporte marítimo, entre otros. 

En esa línea, el digital strategist de la compañía, Juan Ramón Fernández, revela que Schindler ha firmado recientemente un acuerdo con General Electric y Huawei, con el objetivo de ofrecer un servicio telemétrico capaz de analizar a tiempo real cada uno de los procesos interventores en la actividad del ascensor o escalera mecánica de la marca. Gracias a ello, según explica Fernández, el sistema monitoriza "todos los movimientos o sintomatología de cualquiera de nuestros productos en el mundo". De manera simultánea, el sistema genera una serie de detallados informes donde se informa al cliente, a través de una aplicación online, sobre las causas de la anomalía, los componentes afectados del aparato, y la localización exacta de la indecencia. Se trata de un nuevo sistema "acción-reacción", que optimiza tiempos y costes a todos los niveles. 

Con la intención de ofrecer un servicio "más preciso", reflexiona Fernández, Schindler se ha centrado en los últimos años en renovar su gama de productos. Así, la marca es propietaria de más de 1.300 patentes relacionadas con el transporte vertical, para lo que ha reforzado además sus procedimientos de I+D+i. Es el caso de los procesos de monitorización incorporados en todas sus instalaciones, bajo el lema 24/365 (las veinticuatro horas, todos los días del año). De este modo, es viable controlar toda su actividad a tiempo real, adelantándose a posibles problemas. También, Schindler ha procedido a la habilitación de paracaídas en el contrapeso el ascensor, para frenar los movimientos en caso de que el limitador de velocidad se active, además de un novedoso sistema de identificación personal.

Formación de alto rendimiento en Zaragoza

El complejo industrial de 47.000 metros cuadrados de la capital aragonesa es uno de los más importantes del grupo
El complejo industrial de 47.000 metros cuadrados de la capital aragonesa es uno de los más importantes del grupo

El proceso de montaje de todo ascensor o escalera mecánica implica un riesgo prominente, y, por ello, la cultura preventiva -ligada a la conciencia de peligro,- resulta ser un factor nuclear a la hora de fabricarlos. Consciente de ello, Schindler Iberia habilitó un centro de formación de montaje dentro de sus propias instalaciones en Zaragoza, con el objetivo de capacitar a sus futuros empleados a producir los aparatos bajo rigurosos códigos de calidad. 

El centro aragonés, único en sus características, se distribuye en 1.000 metros cuadrados. En él la compañía ha logrado incorporar doce huecos de ascensor en gama residencial y tres en gama comercial, además de una escalera mecánica estándar. Desde el centro destacan la posibilidad que ofrece este espacio formativo para los alumnos, ya que en cada uno de los aparatos es viable el montaje de todos los modelos estandarizados. Dentro del edificio central se encuentran asimismo las aulas donde se imparten los contenidos teóricos de la modalidad de montaje, además de una sala adicional de simuladores con más de una veintena de maniobras que sirven de practicum. 

La formación de alto rendimiento obtenida en la sede zaragozana es reconocida mundialmente dentro del grupo, ya que Schindler calcula formar a más de 200 nuevos profesionales al año. De hecho, Javier Catalina asegura que entre sus paredes se ha formado un importante número de técnicos provenientes de otros países, adquiriendo especialización, competencias y conocimientos necesarios para una inminente incorporación al puesto de trabajo. El director de instalaciones de la planta, Alfredo Lillo, desvela que precisamente parte del éxito de la compañía surge gracias al modelo de "descentralización centralizada", altamente especializada. 

Y dentro de esa especialización, la marca lleva tiempo trabajando en una estrategia de fidelización, que busca enraizar la significación de Schindler en la mente del consumidor. En esa línea, la compañía ha ideado la denominada "Comunidad Schindler": Un espacio a través del cual el cliente puede optar a un portal de descuentos en diversos servicios -viajes, restauración u ocio-, al contratar con la compañía el servicio de mantenimientos de sus propios ascensores o escaleras mecánicas. Desde la marca conciben este mecanismo como una nueva fórmula de devolver el diferencial –en relación con otras marcas- que los clientes pagan por "un Schindler". Para ello, la compañía ha cerrado acuerdos con más de 300 marcas.