Aragón reivindica la convivencia de la igualdad y la diferencia para combatir las amenazas que acechan los derechos humanos

Zaragoza ha acogido un acto que conmemora el 70 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos en él que se han dado cita las principales instituciones aragonesas. En él, se presenta el nuevo volumen publicado por la Fundación SIP que analiza sus principales amenazas, como la barrera que separa igualdad y diferencia.

Zaragoza.- El centro Pignatelli ha acogido esta tarde un acto en conmemoración del 70 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Organizado por la Fundación Seminario de Investigación para la Paz, en él también se presenta el nuevo volumen publicado por esta fundación: La convivencia amenazada, análisis, rasgos y terapias de la creciente marea de intolerancia.

Durante el acto han intervenido diversas personalidades como la directora adjunta de la Fundación SIP, María Jesús Luna Serreta, el decano del Real e Ilustre Colegio de Abogados de Zaragoza, Antonio Morán Durán, el presidente de la Fundación SIP, Jesús María Alemany, el Presidente de Aragón, Javier Lambán, o la presidenta de las Cortes, Violeta Barba. Y también han acudido otras personalidades aragonesas como el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Aragón, Manuel Bellido, o el Justicia de Aragón, Ángel Dolado. 

Según ha explicado Alemany, los derechos humanos “se encuentran amenazados cuando se confunde igualdad y diferencia. Todos los seres somos iguales en dignidad pero diferentes en el lugar de origen, raza, religión, sexo, etc. Confundir la diferencia con la desigualdad es un error. Solamente cuando la igualdad y la deferencia conviven una sociedad es rica”. Sobre ello trata el libro presentado esta tarde, en el que se analiza este “error”, según Alemany, desde diversos ámbitos, como España, Europa, las grandes potencias mundiales, el ámbito religioso o el científico. 

El presidente aragonés ha compartido este diagnóstico, y ha definido como “norma suprema de convivencia" a la Declaración de los Derechos Humanos de 1948. Su estado actual, ha reconocido, “no goza de buena salud, pero eso precisamente a los demócratas, quienes creemos en los derechos humanos, nos debe hacer duplicar nuestros esfuerzos para preservarla y potenciarla”.