Opinión

Las palmeras

No he recorrido todos los parques de Zaragoza, pero he podido comprobar cómo en el Parque de la Aljafería, por el que paseo con frecuencia, sus palmeras llevan mucho tiempo sin ser podadas; luego, ante algún vendaval o inclemencia meteorológica, las ramas secas pueden ser despedidas con fuerza por el viento y la lluvia.

No he recorrido todos los parques de Zaragoza, pero he podido comprobar cómo en el Parque de la Aljafería, por el que paseo con frecuencia, sus palmeras llevan mucho tiempo sin ser podadas; luego, ante algún vendaval o inclemencia meteorológica, las ramas secas pueden ser despedidas con fuerza por el viento y la lluvia.

El Ayuntamiento de Zaragoza dice que ha conseguido sanear las cuentas de las arcas municipales, pero no tiene presupuesto suficiente para destinar a parques y jardines. Si no hay economía suficiente, no se puede desarrollar una buena política destinada al cuidado del entorno natural de la ciudad.

El horizonte de la política de la izquierda debería ser capaz de abordar y afrontar las soluciones que resuelvan los problemas actuales, entre otros: una mayor calidad ambiental o un lenguaje recurrente pero necesario para que la vida sea más saludable.

La ciudad de Zaragoza tiene hermosas palmeras en sus parques. Si recorres el Paseo Sagasta en dirección al barrio de Torrero te encuentras con el Parque Ramón Pignatelli que también nos lleva a ser críticos con su conservación y con la poda, lo mismo ocurre con las palmeras de la mediana de Conde Aranda y el deterioro que sufren sus aceras... Y así muchos lugares.

En el desarrollo de la vida, el bienestar está en las pequeñas cosas. Las grandes obras se ven, las pequeñas si no se solucionan producen problemas y contribuyen al deterioro de la calidad y de las condiciones de vida.

Zaragoza en Común (ZeC), que gobierna el Ayuntamiento manifiesta y presume – ante la proximidad de la convocatoria de las elecciones municipales del 26 de mayo de 2019 - de un diálogo abierto con la ciudadanía (que, por cierto, solo participa un 2% en la elaboración de las propuestas, ¿está manipulado o dirigido?), que la inversión ciudadana ha aumentado un 10%; que han mejorado el endeudamiento, que visualizan la ciudad, que el botellón es un problema de las grandes ciudades y de civismo… Dicen que intentan llegar a todo, ¿se nota?... Observo ausencia de política ciudadana. Sí que se realiza una política de crispación y de tensión entre las fuerzas políticas que trasladan a la opinión pública y, por ende, a la ciudadanía.

Mientras se deteriora la convivencia y pasear y andar por las aceras se convierte en un camino de obstáculos: bicicletas, carros a pedales, artilugios eléctricos…. Recuerdo este año en la playa, teníamos que apartarnos del lugar destinado para pasear los que íbamos caminando, para que circularan todo ciudadano que pedaleaba y para los que iban motorizados…. No estoy en contra de la movilidad sostenible, pero señores pongámonos manos a la obra y desarrollemos todas las herramientas que contribuyan al mutuo respeto, ya que el barrio como la ciudad es de todos.

Las posibilidades de negocio de los patines eléctricos y de las bicicletas ayudan a crear empleo y no contaminan, pero es necesario comprometer a las empresas constructoras a crear la mentalidad sobre el uso de los mismos. Y el Ayuntamiento debe obligar a matricular a las bicicletas (entiendo que las últimas bicicletas que funcionan con el móvil ya incorporan un número de control, el pasado 27 de septiembre vi las tres primeras en la avenida de la Almozara), patines y demás artilugios; así como un seguro de responsabilidad civil obligatorio, ¿es posible o adecuado? Intentémoslo.