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El Numancia tensa la cuerda y deja muy herido al Real Zaragoza (1-0)

El Real Zaragoza sumó una nueva derrota ante el Numancia y continúa sin conocer la victoria desde que goleó al Real Oviedo hace ya cinco partidos. Idiakez sigue sin encontrar ninguna solución al bajón del equipo y su planteamiento cortocircuitó todo el juego en el centro del campo. Un gol de penalti, muy dudoso, deja muy herido al equipo.

Zaragoza.- El Real Zaragoza ha sufrido su quinto partido sin ganar tras un desastroso partido que ahonda en la herida blanquilla. El planteamiento de Idiakez dejó vendido al equipo y no tuvo ninguna capacidad para arreglar el desastre que se avecinaba. El cuadro zaragocista continúa hundiéndose en la clasificación y sin una aparente mejoría.

Idiakez apostó por darle una vuelta a su equipo reforzando el centro del campo con la entrada de James en el vértice superior del rombo. El Numancia quiso arrancar el partido con el dominio del balón y creando peligro a través de las bandas. Grippo no acertó a despejar un centro de Medina y casi sorprende a Cristian. Como respuesta, Verdasca remató de cabeza un lanzamiento de falta de Zapater, que salió cerca del palo izquierdo de la meta numantina.

El Numancia era el dueño del balón, aunque apenas encontraba profundidad ante el entramado defensivo que había preparado Idiakez en Los Pajaritos. Por el contrario, el Zaragoza apenas conseguía combinar varios pases cuando conseguía recuperar el cuero, sin ninguna capacidad de creatividad alrededor de Eguaras. 

Sin noticias del Zaragoza durante la primera media hora de juego. El planteamiento de Idiakez había cortocircuitado por completo al equipo, que desesperaba a todo el mundo cada vez que tocaba el balón. No le salía nada al Zaragoza, que no lograba crear ninguna superioridad, ni siquiera controlar un balón. Lo único bueno que podía pasar era que llegara el descanso sin recibir ningún gol y que Idiakez intentara recomponer el desastre que había planteado.

Segunda parte

El Zaragoza comenzó la segunda parte con más ambición y decisión hacia la portería contraria, aunque tampoco era complicado. Idiakez reestructuró el equipo en un 4-1-4-1 sin Eguaras y con Aguirre por la izquierda. Solo en 90 segundos, el extremo forzó el primer saque de esquina de los aragoneses y colgó dos balones al área. En uno de ellos, Verdasca cazó el rechace y sacó un misil que obligó a Juan Carlos a salvar el gol sobre la línea. 

Pero poco duró el efecto gaseosa. El Numancia recuperó el balón y el Zaragoza volvió a desaparecer. Y para colmo, Álvaro Vázquez se retiró con una lesión muscular y tuvo que dejar su sitio al canterano Alberto Soro. Menos mal que Idiakez tiene un seguro atrás como Cristian Álvarez, que tuvo que lucirse para evitar el gol de Diamanka tras deshacerse este de Grippo como si fuera un alevín. 

Aguirre y Soro le dieron al Zaragoza más verticalidad y peligro en los contraataques, pero faltaba la mordiente en la punta del ataque, consecuencia lógica de tener a Pombo como nueve. El “8” tuvo la mejor ocasión del cuadro blanquillo en un rápido ataque entre los dos extremos, pero no encontró portería. 

Entró ligeramente mejor el Zaragoza a los últimos diez minutos comandado por el ímpetu de Aguirre. El extremo sale rápido, le dobla Lasure, pero nadie llegó al centro del canterano en área pequeña. Pero no era el día de Idiakez, castigado por el nefasto planteamiento. Arcediano Monescillo señala el punto de penalti al ver unas manos de Grippo que solo vio él. Esta vez, Cristian no pudo obrar un milagro que hubiera sido muy injusto.

Ni siquiera tuvieron los blanquillos el arreón final para evitar el triunfo del Numancia. Idiakez se trae de Los Pajaritos el justo y merecido premio tras un partido donde el Zaragoza fue incapaz de competir.