Zaragoza.- El Real Zaragoza se encuentra sumido en su mayor crisis deportiva de los últimos años. Lo cual no es decir poco, teniendo en cuenta que el equipo vive su sexta temporada consecutiva en la categoría de plata del fútbol español. Pero nadie esperaba que, cumplida la jornada número 12, los maños estuvieran en zona de descenso a Segunda División "B".
Frente al Granada, los de Lucas Alcaraz sumaban su octavo choque consecutivo en Liga sin conocer el triunfo, noveno si se tiene en cuenta la cita copera ante el Granada. Otro encuentro en el que los aragoneses ofrecían una imagen pésima, marchándose al descanso ya con el resultado más que sentenciado. Es decir, con 0-2 y un hombre menos por una expulsión de Benito totalmente evitable.
El encargado de dar la cara ante los medios en zona mixta fue el capitán del Real Zaragoza, Alberto Zapater. "Es una situación difícil para un vestuario que vivió cosas bonitas el año pasado y tenemos que aceptar que estamos en otra realidad del fútbol", valoraba el ejeano, admitiendo que había sido un "error pensar que este año el equipo iba a empezar arriba".
Eso sí, el de las Cinco Villas recordaba que "queda mucho", pese a que "no es agradable mirar la clasificación, pero hay que aceptarla y valorar cada punto conseguido". La medicina, para Zapater, no es otra que el "trabajo, que es lo que da resultado en la vida". También mantener la comunión con la afición, evidentemente enfadada por la dinámica tan negativa en la que anda metida la escuadra blanquilla.
Zapater apelaba a lo que toca ahora a cada jugador de la plantilla: "Uno tiene que estar callado, metido en la cueva y trabajar", añadiendo que son "un vestuario muy joven que necesita estar junto y ganar un partido". En este sentido, añadía que "son experiencias nuevas para muchos jugadores y que a la larga dan frutos".
No puede esperar en exceso el Real Zaragoza a reaccionar ni pensar en el largo plazo teniendo en cuenta que la situación clasificatoria se recrudece por momentos.
