La revista Turia celebra sus 35 años con una doble presentación en Teruel y Zaragoza

La revista Turia cumple 35 años y lo celebra con una doble presentación en Teruel y Zaragoza y con dos autores muy vinculados a su trayectoria. Javier Gomá, escritor, filósofo y director de la Fundación Juan March; y el escritor José María Conget presentarán una entrega especial de la revista en Teruel y Zaragoza, respectivamente.

Zaragoza.- La revista Turia celebra este mes su 35 aniversario con una doble presentación en Teruel y Zaragoza y con dos autores muy vinculados a su trayectoria. El escritor, filósofo y director de la Fundación Juan March, Javier Gomá, será el encargado de dar a conocer en Teruel la nueva entrega de la revista el próximo día 20 de noviembre. Unos días más tarde, el 29 de noviembre, el escritor José María Conget retornará a su Zaragoza natal para festejar con los lectores el milagro de la longevidad de esta publicación cultural. 

Tanto Gomá como Conget simbolizan el carácter plural, integrador y universalista que ha caracterizado a una revista surgida en Teruel en 1983 pero que, desde sus orígenes, ha conseguido demostrar que hay vida más allá de Madrid y Barcelona, tradicionales capitales del sector editorial en nuestro país. Para conseguirlo, Turia ha hecho una apuesta permanente por la calidad y la independencia, y también ha contado con distribución nacional e internacional por suscripción. Buena prueba de ello es que la revista ha llegado hasta nuestros días con buena salud de contenidos y un contrastado prestigio en los medios literarios en español. 

Las cifras de Turia avalan el que esta revista obtuviera, ya en 2002, el Premio Nacional al Fomento de la Lectura: en 35 años se han editado 128 números, con un total de más de 37.000 páginas y se ha publicado a más de 1.000 autores de las más diversas procedencias estéticas e ideológicas, así como de los más variados orígenes geográficos e idiomáticos. 

Fundada y dirigida por el escritor y periodista Raúl Carlos Maícas, la revista tiene periodicidad cuatrimestral en papel y cuenta también, desde hace cinco años, con una versión digital (web y Facebook) que ha incrementado notablemente su difusión entre el público lector: su página en Facebook cuenta con cerca de 10.000 seguidores y más de 5.000 usuarios al mes acceden a los contenidos de la web. 

Solo textos inéditos y atractivos monográficos

Turia solo publica textos inéditos y su edición en papel se estructura en diez secciones y, en las 500 páginas de cada entrega, no faltan relatos, poemas, artículos de análisis literario, ensayos, extensas entrevistas exclusivas, fragmentos de novelas y diarios, aforismos y un amplio apartado de crítica de libros. Pero lo que verdaderamente la convierte en una revista para conservar y consultar en cualquier biblioteca son sus atractivos monográficos que, con una extensión mínima de 150 páginas, se ocupan en cada número de analizar a fondo a un autor y su obra, o a la literatura de un país. 

Entre esos monográficos inolvidables de Turia, alguno de ellos agotado, se encuentran los dedicados a Antonio Machado, Salvador Dalí, Max Aub, Roberto Bolaño, Patrick Modiano, Mario Vargas Llosa, Rafael Chirbes, Luis Mateo Díez, Carmen Martín Gaite, Heinrich Böll, Luis Landero, Ignacio Martínez de Pisón o Wislawa Szymborska. 

Turia está publicada por el Instituto de Estudios Turolenses de la Diputación de Teruel y su edición cuenta con el apoyo del Ayuntamiento de Teruel y el Gobierno de Aragón. A lo largo de su trayectoria también ha contado con el mecenazgo de otros organismos públicos como el Ministerio de Cultura, así como de patrocinadores privados y entidades de otros países. 

Luis Buñuel, santo patrón laico de "Turia" 

Si hubiera que señalar un nombre propio entre los creadores que han protagonizado la revista Turia en sus 35 años de vida ése sería el del cineasta y escritor Luis Buñuel. Con más de 1.000 páginas publicadas en torno a su labor fílmica, y un total de ocho monográficos dedicados a publicar material inédito de y sobre el director de cine, puede decirse que el célebre director de películas como “Un perro andaluz”, “Los olvidados”, “Viridiana” o “El discreto encanto de la burguesía”, se ha convertido en una suerte de santo patrón laico de Turia. Y es que en la revista consideran que Buñuel siempre merece la pena porque su cine, más allá de cualquier saludable controversia, logra plantear al espectador un mundo propio, tejido de símbolos, de sueños y de ideas. 

José María Conget presentará una entrega especial de la revista en Zaragoza
José María Conget presentará una entrega especial de la revista en Zaragoza

La nómina de autores que han publicado en Turia textos inéditos sobre Buñuel resulta espectacular, convirtiendo a la revista en referencia indispensable para cuantos quieran conocer más y mejor el universo buñueliano. Entre esos autores, hay textos de grandes amigos y colaboradores como Jean-Claude Carrière; de directores de cine como José Luis Borau, Carlos Saura, Bertrand Tavernier, Alfredo Castellón, Manuel Gutiérrez Aragón, Gonzalo Suárez o Javier Rioyo; de actores como Fernando Rey, Catherine Deneuve o Silvia Pinal; de escritores como Carlos Fuentes, Guillermo Cabrera Infante, Juan Villoro o Vicente Molina Foix; de especialistas como Agustín Sánchez Vidal, Román Gubern, Víctor Fuentes, Aurelio de los Reyes, Nelson Carro o Amparo Martínez, por citar algunos de los más relevantes

Javier Gomá, indispensable en la cultura española actual 

Javier Gomá Lanzón (Bilbao, 1965), escritor, filósofo y director de la Fundación Juan March, se ha convertido por méritos propios en un nombre indispensable en la cultura española actual. Su currículo, sin duda, impresiona porque a lo ya citado habría que añadir su condición de letrado del Consejo de Estado por oposición (en la que obtuvo el número 1 de su promoción), licenciado en Filología Clasica y en Derecho y doctor en Filosofía. Pero, sobre todo, Javier Gomá es un humanista, un sabio que tiene ya en su haber obras de referencia en el ensayismo español contemporáneo como su “Tetralogía de la ejemplaridad”, cuyo primer libro, “Imitación y experiencia” fue Premio Nacional de Ensayo en 2004. Luego vendrían: “Aquiles en el gineceo”, “Ejemplaridad pública” y “Necesario pero imposible”.

En Turia, Javier Gomá ha tenido una presencia frecuente. Bien como autor de varios textos ensayísticos o bien como protagonista de una extensa e intensa entrevista a fondo (Javier Gomá: "Las sociedades democráticas están necesitadas hoy de un ideal que suscite entusiasmo", nº 112, marzo 2014), y también se han reseñado casi todos sus libros. Su primera colaboración publicada en Turia data de julio de 2006 (nº 79): “La formación del héroe moderno”. 

José María Conget o el misterio del cuento de nunca acabar

José María Conget (Zaragoza, 1948) es uno de los escritores más originales del panorama literario español de las últimas décadas. Y es que, como subrayó José Carlos Mainer en Turia, “se caracteriza por su capacidad para elaborar libros de difícil clasificación, una deliberada ambigüedad genérica nada fortuita. Una indefinición que le permite manejar como pocos las reglas del juego literario”. Sostiene también que “los textos de Conget albergan ese fondo de optimismo cervantino, escarmentado y lúcido: son lugares donde se habla de todo y se dialoga con todo. Podría decirse, en definitiva, que en los textos de José María Conget encontraremos “el seguro mecanismo de su invención, el misterio del cuento de nunca acabar”. 

La vinculación de Conget con Turia ha sido constante y casi desde el principio de la revista. Ya en el nº 4-5 (1986) encontraremos un relato inédito suyo. En marzo de 2014, concretamente en el nº 117-118, protagonizó un monográfico sobre su trayectoria. Entre ambas fechas, fueron varios los textos originales de Conget publicados y también se reseñaron los libros de un autor que es Premio de las Letras Aragonesas. 

 “Congreso”, un relato inédito de José María Conget

Entre las sorpresas y textos originales que brindará el nuevo número de Turia a los lectores se encuentra un relato inédito de José María Conget: “Congreso”. Todo un oportuno y desmitificador retrato de los eventos literarios y de la variada fauna de autores, sucesos e intereses que en ellos se suceden. A continuación, el fragmento que da inicio al relato: 

“Cuando aterrizamos en la Isla, todos habíamos hecho ya ignacianamente nuestra composición de lugar e incluso trazado lo que podríamos llamar geografía humana. Los que repetíamos la experiencia calculábamos las horas libres para la playa, alguna cena en el restaurante del malecón, la huida al mercadillo de antigüedades de los miércoles; los primerizos nos limitábamos a ubicarnos dentro de las fotografías de costa y puerto que coloreaban el folleto de la invitación. Y por supuesto nos hacíamos el propósito de evitar en las comidas y excursiones a tal colega con fama de gafe o al otro que es un pelma notorio. ¿Y en qué mesa redonda coincidíamos con la pizpireta bilbaína que perpetra novelas históricas, cultiva una prosa de bachiller pero acude precedida de un prestigio de rijosa? ¿O con el brillante y agresivo enfant terrible de los dietarios inmisericordes y perfil de efebo? ¿Quién nos tocará de vecino de habitación? ¿Le habrían reservado una suite al Gloria Nacional cuya ponencia cerraría el Congreso entre los aplausos de todos nosotros puestos en pie como Hollywood en la entrega del Oscar honorífico? Nos preguntábamos igualmente el grado de conciencia que albergábamos cada uno sobre nuestro puesto en el escalafón. No se trataba, como en otras ocasiones, de un Congreso pretendidamente inter pares sino de un plúrimo totum revolutum propiciado por el aumento de instituciones patrocinadoras con aspiraciones cívico-culturales y dinero que blanquear. Así que las jornadas mezclaban autores talludos y cachorrillos de las letras, laboriosos ingenieros de best-sellers y exquisitos orfebres para minorías, faunos y ninfas, antiguas luminarias oscurecidas, de las que se habían acordado los organizadores por compasión o por rutina o por ausencias de última hora, y arrasadores novatos con el impulso, ya se sabe, de llevarse el mundo por delante, cínicos y candorosos (o sea, que simulan candor), soberbios y zalameros, tradicionales y vanguardistas, mediáticos y oscuros, apocalípticos e integrados, egocéntricos y egolátricos, y, en distinguida singularidad, el Gloria Nacional con el peso de cien laureles sobre sus sienes octogenarias”.