Zaragoza.- La Archidiócesis de Zaragoza ha hecho público su memoria de 2017, en el que recoge su balance de ingresos y gastos, así como otros datos sociales y asistenciales relacionados con la Iglesia. Así, el documento refleja que la Archidiócesis recibió un total de 21.906.300 euros durante el pasado año y gastó 20.851.100 euros, lo que arroja un balance positivo de 1.055.200 euros durante el ejercicio.
Estos ingresos procedieron principalmente de las aportaciones de los fieles (7.987.900 euros), a través de donativos y suscripciones: servicios prestados y subvenciones (6.030.200 euros); o la asignación tributaria (4.823.600 euros), obtenida como resultado de los ciudadanos que marcan la casilla a favor de la Iglesia en su declaración de la renta. Sin embargo, pese a esta cifra positiva, la Archidiócesis ha advertido de que los ingresos han caído un 1,8% con respecto al año anterior, en especial en el apartado de donaciones de fieles y la asignación tributaria.
“La asignación tributaria que percibimos, en una parte importante, es por el número de sacerdotes”, ha explicado el ecónomo de la Archidiócesis, Jaime Sanaú, quien también ha recordado que el número de párrocos ha disminuido en los últimos años, lo que hace que se resienta esta parte de ingresos.
En cuanto a los gastos, casi la mitad de los registrados en 2017 (9.952.400 euros) fueron invertidos en la conservación y el funcionamiento de los edificios religiosos. Además, las acciones pastorales y asistenciales supusieron 3.146.800 euros y las retribuciones al clero ascendieron a 4.412.000 euros. De nuevo, los datos reflejan un aumento de los gastos en este ejercicio con respecto al anterior, cercano al 4%.
Actividad social y asistencial
El documento presentado por la Archidiócesis también recoge las acciones que la Iglesia ha llevado a cabo en Zaragoza durante el 2017. Así, la memoria recoge 560.000 atenciones durante todo el año pasado, entre las que destacan la asistencia a personas mayores, enfermos crónicos y personas con discapacidad (4.013 casos) y la ayuda a drogodependientes (1.413 casos).
Cáritas contó con un total de 1.049 voluntarios durante 2017, mientras que Manos Unidas reunió a 136 personas en acciones solidarias. En cuanto a la labor de ayuda a personas en exclusión social, estas organizaciones atendieron a más de 9.000 personas en esta situación.
