Miguel Ángel Motis: "La herencia judía en Aragón es totalmente desconocida y queremos aproximarla a los jóvenes"

El proyecto "Aragón Sefarad. Legado y Memoria", que lidera el profesor de la USJ Miguel Ángel Motis, continúa creciendo. Bajo la figura del judío zaragozano Abraham Abulafia, se ha creado un microsite con el que se pretende acercar la herencia judía en Aragón, muchas veces desconocida, a la educación Primaria y Secundaria.

Zaragoza.- La Universidad San Jorge, con el apoyo del Departamento de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno autonómico, puso en marcha, en noviembre de 2016, el proyecto "Aragón Sefarad. Legado y Memoria", un portal web que pretende dar a conocer el legado patrimonial y cultural del pueblo judío en Aragón.

Ahora, el proyecto continúa creciendo con un nuevo microsite dedicado al judío zaragozano Abraham Abulafia, importante cabalista del siglo XIII. A través de su figura, con unos textos y unos vídeos interactivos, la web quiere aproximar la herencia judía a los escolares aragoneses, especialmente de Primaria y Secundaria.

El profesor de la USJ Miguel Ángel Motis, doctor en Historia y en Derecho por la Universidad de Zaragoza y en Antropología por la Universidad Complutense, y especializado en la Historia de los Judíos en el Occidente Medieval, lidera este proyecto.

Motis considera que la herencia judía es "totalmente desconocida" para la inmensa mayoría de la sociedad aragonesa. Por ello ve necesario este proyecto, con el objetivo de que se cobre conciencia de ese legado judío y que los aragoneses se reencuentren consigo mismos, pues muchos judíos eran tan aragoneses como los cristianos o mudéjares que vivieron durante varios siglos en el reino aragonés.

Pregunta.- ¿Quién fue Abraham Abulafia?
Respuesta.- Creo que debemos rendir un tributo a Abraham Abulafia, ya no solo por haber nacido en Zaragoza en 1240 y haber tenido una vida intensa hasta su muerte en 1291, sino porque fue un alquimista, matemático y físico que adelantó en algunos casos la ley de la relatividad y la física cuántica. Abulafia peregrinó por la Europa occidental. De Zaragoza se traslada a Tudela, de allí a Barcelona, pasando por todos los centros culturales más elitistas de su época, en busca de las claves de la Cábala, de la venida del Mesías.

La web quiere aproximar la herencia judía en a los escolares aragoneses
La web quiere aproximar la herencia judía en a los escolares aragoneses

Con el proyecto que estamos preparando, fundamentalmente didáctico, queremos mostrar a los alumnos de Primaria y Secundaria la visión judía de la educación, donde no hay diferencia entre Ciencias y Letras, sino que a la hora de pensar estamos abstrayéndonos con conjuntos matemáticos. Abulafia es capaz de sintonizar razón, filosofía y fe. También hace una Cábala práctica, tiene un libro famoso Sefer HaShem, en el que especula con los 72 nombres de Dios, intentando buscar la esencia del universo.

Para un cabalista, que es la mística judía, hay cuatro niveles de lectura: el primero, que sería al que tenemos acceso todos nosotros, el nivel Pshat, que es la pura narratividad de las palabras; hay un segundo nivel, Remez, que es el semántico y el sintáctico, que descubre otros secretos de la naturaleza; hay un tercero más emocional, Midrash, en el que la palabra sagrada de la Torá es una gran alegoría en la que cada alma debe descubrir individualmente la divinidad; y la cuarta, Sod, sería la metafísica o mística, porque Abraham Abulafia descubre en ese momento que el universo no tiene solo tres dimensiones, sino que tiene hasta siete dimensiones. Se adelanta muchísimo en el pensamiento de la matemática difusa contemporánea y de la física cuántica.

Además, es una persona impresionante, estuvo en contacto con todas las élites intelectuales de su época y, sobre todo, lo caracterizó su sed de conocimiento. Si a un judío le peguntas por qué el pueblo de Israel tiene ese conocimiento tan especial, responderá que es por su amor a la lectura. Por eso escogimos a Abraham como una apuesta para que Zaragoza lo reconozca como uno de sus hijos predilectos totalmente olvidados, porque su visión es universal, muy contemporánea. Y de cara a los estudiantes de Primaria y Secundaria, o cualquier aragonés o español, queremos intentar captar en ellos el amor a la lectura, porque para un judío la palabra es sagrada. "Dios crea a través de la palabra". Algo existe en cuanto tiene palabra, y en cuanto tiene palabra, piensas en ella y creas. Hay un pensamiento muy moderno en él: transformamos la realidad pensándola. Eso es física cuántica y estamos hablando de un personaje de finales de siglo XIII.

Detalle de La Aljafería
Detalle de La Aljafería

P.- ¿Qué legado ha dejado Abulafia? 
R.- Por encima de todo, cabe señalar que una gran parte del legado de Abulafia es desconocido para la inmensa mayoría de los europeos. Todavía su obra en gran medida sigue inaccesible, pues sus textos, en un hebreo complejo, siguen sin ser traducidos. Ese legado no es conocido más que en los círculos científicos y universitarios especializados. Pero fundamentalmente diría que Abulafia nos legó la universalización del conocimiento, el intento de que la Cábala sea divulgada y entendida. Fue un gran intelectual que intentó, a toda costa, que ese conocimiento llegara a todos los estratos de la sociedad, porque una de sus máximas era y es que el conocimiento es una de las formas de liberar realmente al ser humano. En este caso, siendo judío, una liberación en consonancia con lo que es la propia divinidad.

P.- Han creado una web, ¿en qué consiste este proyecto?
R.- Es un proyecto modesto, una experiencia piloto con la que queremos librar "la batalla" de la transculturalidad. Es decir, cómo aproximar la herencia judía a los jóvenes aragoneses, que son nuestro proyecto de futuro. Por ello estamos creando un microsite que sea suficientemente versátil como para que tenga dos niveles de lectura. Por un lado, unos textos que son, quizá, para personas más adultas y más formadas, a partir de Bachillerato y, por otro lado, hay una serie de locuciones. En esas locuciones intentamos que a través de la voz de Abraham Abulafia se explique a los alumnos de Primaria y Secundaria cómo era una hábitat judío, una judería, una vivienda privada, cómo era ese microuniverso de la vida cotidiana, los baños, la importancia del agua, donde encontramos los miqweh, los baños rituales en los que la mujer tiene que llevar a cabo inmersiones rituales purificadoras después de la menstruación o después del parto para reanudar la vida conyugal. También les hablamos de lo que significa un cementerio, que no es un lugar únicamente de reposo, sino que ellos le llaman "la casa de la Eternidad".

En definitiva, vincularlos con lo que significa la dimensión de los trascendental para los judíos, deambular por las calles, por las juderías, que entiendan el significado de los símbolos. Y es que la religión judía se transmite, ante todo, a través de los símbolos. Que todo ello cobre sentido cuando visiten las juderías. Por ello a través de este microsite queremos aproximarnos a ellos y crear, también, una serie de currículos paralelos transversales en Primaria y en Secundaria en el que se explique lo que significa la cultura judía. Queremos aproximar la herencia de unos judíos que vienen aquí desde el siglo III hasta el momento de la expulsión de 1492, pero que luego son refundidos a través de los conversos, y que los alumnos vean que es una herencia muy próxima, que es intensamente humana, y que les enriquece porque es una visión distinta de lo que es su ser cotidiano y su ser trascendente. Como diría Abulafia, el árbol es más denso y más frondoso en cuanto tenemos más raíces.

P.- ¿Cómo surgió la idea?
R.- Se generó fundamentalmente a través del proyecto "Aragón Sefarad. Legado y Memoria", que lo que intenta es aproximar el patrimonio material e inmaterial judío a la sociedad aragonesa. Tenemos una gran riqueza cultural y patrimonial, y queríamos hacerlo más accesible a través de la educación. ¿Y cuáles son las personas más receptivas ante este nuevo reto? Los alumnos de Primaria y Secundaria. Por ello queríamos hacer un discurso en el que participaran arqueólogos, arquitectos, historiadores, filósofos, expertos en comunicación y judaístas, con el objetivo de hacerlo asequible a los jóvenes, pero sin desvirtuar la realidad. 

Escritos judíos
Escritos judíos

P.- ¿Cómo fue la convivencia con los judíos?
R.- En la Edad Media la convivencia es una coexistencia pragmática, una convivencia pragmática. En cuanto más necesario eres, la relación es mucha más fluida. En Aragón, desde que se establece la capitalidad en Jaca, allá por el año 1077, en el que se promueve el Fuero de Jaca, se da una perspectiva que era la siguiente: tenemos un gran reino que va creciendo y va asomándose hacia todo el Valle del Ebro, pero tenemos necesidad de personas de un perfil diferente. En este momento, la ciudad de Jaca está compuesto por labradores, gente que se dedica a la oración y gente de la guerra, pero necesitaban otro tipo de personas: artesanos, que atendieran también ese Camino de Santiago que ya estaba en ciernes, y mercaderes. A través de los valles pirenaicos fluyó un magnífico caudal de intercambio cultural. También sucedía con los judíos, muchos de los cuales eran traductores, embajadores y políglotas, por lo que fueron un nexo de unión de la cultura europea con la cultura andalusí y con la cultura autóctona. Por tanto, esa convivencia fue fluida, también porque, a diferencia de otros territorios como puede ser la Corona de Castilla, los Fueros de Aragón otorgaban a los judíos determinados derechos que en otras localidades no poseían, como por ejemplo el acceso a la propiedad.

Además, los judíos aportaron una visión distinta del dinero y de la generación de riqueza. En ese momento, hay una minoría musulmana, una minoría judía y una mayoría cristiana, y los judíos se hacen necesarios. ¿Cómo? Ante una dimensión macroeconómica, ¿qué nichos de mercado podían utilizar sin interferir? Pues fundamentalmente con la circulación de dinero, no necesariamente la usura, aunque en la Edad Media usura significa préstamo con interés. Y los Fueros de Aragón, desde la época de Jaime I, permiten en el siglo XIII que los judíos puedan prestar a un 20% de interés, siempre fuera de su comunidad. Asimismo, la circulación de dinero facilitaba la circulación de las mercancías, de manera que, a través de sus redes de intercambio, en Zaragoza, en Calatayud, en Tarazona, en Daroca o en Teruel se podía acceder a las mercancías de cualquier parte del mundo. 

Por tanto, esa convivencia fue suficientemente fluida hasta que se empieza a quebrar, con la Disputa de Tortosa, allá por el año 1413-14, con el fenómeno de los conversos. No hubo peor enemigo para un judío que un judeoconverso, ya que mientras los judíos solo eran vasallos del rey, los conversos pudieron acceder a la ciudadanía de pleno derecho, con todas las posibilidades que ofrecía ser cristiano, y ejerciendo las funciones que hasta entonces habían desempeñado los judíos. Por tanto, en ese momento sí que es cierto que la convivencia, la coexistencia pacífica pragmática, empieza a registrar algunos problemas y tensiones, pero en muchas ocasiones eran de naturaleza más vecinal que religiosa.

Mapa de las juderías en Huesca
Mapa de las juderías en Huesca

P.- ¿Cuál es la herencia judía en Aragón?
R.- La herencia judía es tanto material como inmaterial. Respecto a la primera, Aragón cuenta con casi un centenar de juderías que hemos articulado en nueve grandes rutas de interés para el turismo cultural. Para ello, a través de una serie de "story tellings", cada itinerario tiene un personaje central, por ejemplo, Mosé de Portella, que fue un gran financiero de Tarazona; Mosé Alantansi, impresor de Híjar, Yishaq Arama, sabio de Calatayud, o el propio Abulafia en Zaragoza.

A través de estas rutas queremos que los viajeros tengan una experiencia inmersiva; es decir, no solamente vas a ver cosas, sino que esas cosas le permitan sentir experiencias únicas, van a dialogar contigo. De tal forma que no se trata tanto de meros turistas, como de peregrinos o personas con una sensibilidad diferente. Por ello hemos diseñado estos itinerarios enfocados a distintos perfiles y mercados. Primero al aragonés, obviamente, porque debemos conocer lo que somos nosotros, pero también al español, al europeo y otros mercados importantísimos como son, por ejemplo, los judíos estadounidenses, israelíes o europeos. Porque no solamente van a visitar juderías, también van a poder experimentar, a tener vivencias espirituales, culturales etnográficas, enológicas, gastronómicas, paisajísticas, de deportes de aventura… Es decir, hacer un mix en el que además el propio visitante pueda escoger aquello con lo que se sienta más identificado.

Estas rutas es necesario articularlas en consonancia, cómo no, con el Área de Turismo del Gobierno de Aragón, con la hostelería, los guías turísticos, los agentes sociales, etc. Por ejemplo, en el barrio de la Corona, en Ejea, no hay muchos vestigios, pero hay una casa de turismo rural preciosa, A Corona del Reino, que se asienta sobre un antiguo palacio real, que ofrece una vivencia intimista en el corazón de la judería. En Uncastillo, en parte de la sinagoga descubierta, se puede celebrar un Sabbat, o degustar la riquísima gastronomía tradicional aragonesa. O visitar la sinagoga de Híjar, que después de su restauración se situará entre las cinco más significativas de Sefarad, una vez que se han rescatado parte de las pinturas murales de 1410 y unas magníficas yeserías. Se pretende así proyectar una herencia genuina y distintiva.

Tenemos un patrimonio extraordinario que debemos proyectar hacia Europa, cuyos expertos muestran incluso sorpresa hacia un legado muy atractivo, en cuanto que no forma parte, al menos hasta ahora, de los enclaves culturales judaicos más consagrados de la Península como pueden ser Gerona, Tudela, Segovia o Toledo.

Pero, ante todo, como historiador que lleva cuatro décadas consultando sus archivos históricos y visitando sus juderías, en una época en que se veía con escepticismo el pasado hebreo, cuando no recelo, aspiro a que se base en las evidencias documentales y arqueológicas.

Mapa de las juderías en Zaragoza
Mapa de las juderías en Zaragoza

Tenemos una gran potencialidad si somos capaces de integrarnos en los circuitos de patrimonio cultural que dan identidad a Europa. En este momento, por ejemplo, nos visitan varios miles de judíos, pero esta cifra se puede incrementar notablemente. Sin embargo, no queremos circunscribirnos solo a este sector, queremos acceder a un turismo familiar, universitario, escolar… que interesa a toda persona con un mínimo de sensibilidad cultural. Para ello tenemos que saber comunicar, porque de otro modo las piedras enmudecen; tenemos que dotarlas de elocuencia.

Por otro lado, también hay un patrimonio intangible. Es decir, toda aquella herencia de nuestros grandes pensadores y científicos, poetas, matemáticos, físicos, astrónomos, filólogos, filósofos, etc. Muchos de los cuales estuvieron en la Corte Real en el Palacio de la Aljafería, como en época de Pedro IV, junto con otros sabios musulmanes o cristianos, en que el Ebro fue un puente hacia Europa.

Aspiramos a dar a conocer esa herencia, que aunque parece ajena o lejana, en realidad es muy intensamente nuestra, intrínsecamente hispánica, puesto que las raíces judeocristiana forman parte de nuestro ADN antropológico e histórico. 

P.- ¿Somos conscientes de este legado?
R.- Estoy persuadido de que ignoramos en buena medida esa herencia. Cuando me preguntan ¿qué se fue con la expulsión de los judíos? Yo respondo, que acaso, el sentido universalista y la capacidad de tener fe en nosotros mismos. Desde su expulsión en 1492, no han transcurrido más de diez generaciones de personas y eso no es nada, y sin embargo son desconocidos, ignotos. Sobre Abraham Abulafia hay expertos en Londres o en Jerusalén consagrados a su obra, mientras que nuestros conciudadanos si les preguntamos quién fue no acertarían a responder. Por tanto, debemos rescatar esa herencia, recuperar esas juderías. Que la sociedad aragonesa cobre conciencia de que su pasado no es un mero pretérito, sino que es presente, esta vívido. Que aquellos judíos que vivían en Biel, en la calle Barrio Verde; en la plaza de Barrionuevo de Daroca, o en Consolación de Calatayud, eran sus vecinos.

Así como el pasado musulmán es más próximo gracias al mudéjar, que lo hace más patente, el pasado judío no lo está, aparte de que ha podido ser muy demonizado por vincularlo en el imaginario colectivo con la Inquisición. Por ello, lo que intentamos a través de este proyecto y estas acciones es dar a conocer a unos judíos que eran aragoneses, pero con una religión distinta. Ellos también se sentían así, de hecho, en el momento de la expulsión, la mitad de los judíos se convierte y continúa en Aragón. Todavía estamos en los primeros estadios, y debemos perseverar, pues todavía quedan muchas cosas por descubrir. El hecho de que aparezcan sinagogas en otros territorios es impensable, en Centroeuropa gran parte de las sinagogas son modernas, pero que en localidades como en Híjar, que también contó con una de las imprentas en caracteres hebreos más antiguos de la Península, recuperemos una sinagoga íntegra, documentada en 1410, desde la techumbre hasta los cimientos, es algo insólito. Es una apuesta de futuro que puede generar riqueza en muchos ámbitos, tanto educativo, intelectual, patrimonial o turístico, que nos permitirá ver el mundo con más prismas. Pero para eso tenemos que asumirlo como nuestro y persistir en nuestro empeño.