Opinión

El doctor Sánchez

Sánchez es un penoso doctor. Y no solo de lo suyo, sino que es nefasto en cuanto a "doctor político" errando en el diagnóstico y en el tratamiento en el "conflicto catalán". Se equivoca en el diagnóstico pues Cataluña no ha estado ni está maltratada por el Estado con lo que todo el desapego, descontento e incluso odio a España que existe en Cataluña no surge de una inexistente agresión previa del Estado, sino que es algo artificial y creado por el nacionalismo catalán.

Sánchez es un penoso doctor. Y no solo de lo suyo, sino que es nefasto en cuanto a "doctor político" errando en el diagnóstico y en el tratamiento en el "conflicto catalán".

Se equivoca en el diagnóstico pues Cataluña no ha estado ni está maltratada por el Estado con lo que todo el desapego, descontento e incluso odio a España que existe en Cataluña no surge de una inexistente agresión previa del Estado, sino que es algo artificial y creado por el nacionalismo catalán (e irresponsablemente permitido por los gobiernos centrales) a modo de pecado original de España y los españoles para legitimarse y tener razón de ser (evidentemente, sin un Estado que agrede y oprime a Cataluña no puede haber agravio previo que justifique la necesidad de un nacionalismo que proteja y dé voz a una población oprimida).

Por tanto, primer error, no hay una Cataluña injustamente tratada por España que pueda españolizarse cuando se le dé cariño y comprensión. Crear esa idea de una Cataluña maltratada por España en la población española y, lo que es peor, en los partidos políticos de corte nacional, es la primera y trascendental victoria del nacionalismo, movimiento que, no olvidemos, nace de y en las élites catalanas con una serie de objetivos claros: ostentar el poder absoluto en Cataluña, sacar lo máximo al Estado y, si eso, tener un país. Y nace como digo porque sí, sin una agresión previa de España que lo justifique, única y exclusivamente por las ansias de poder de unas élites económicas y políticas que desde el medievo quieren gobernar en exclusiva en Cataluña razón por la cual España es un estorbo en Cataluña. Y punto. No le demos más vueltas.

Y si errado es el diagnóstico, errado es el tratamiento que, desde incluso antes del 75, se le ha dado al "problema catalán". Este no se arregla con competencias, dinero o carantoñas. De ese modo se fortalece y arraiga más. Así, ya que es un movimiento de unas élites que no quieren perder su poder en Cataluña, lo primero y fundamental es apoyar a otra élite de catalanes-españoles que sean los únicos que puedan relacionarse, residir y comerciar con España para de ese modo empobrecer al máximo a la Cataluña nacionalista. Luego, retomar para el Estado competencias fundamentales como educación, seguridad y sanidad y prohibir los medios de comunicación hostiles a la unión. Solo de ese modo, cuando el mensaje que llegue de lo que es España y ser español a la población catalana sea positivo y, fundamentalmente, cuando ser indepe cueste dinero y poder, cuando sea peor serlo que no serlo en definitiva, podremos rebajar e incluso hacer desaparecer el conflicto catalán. Y sin 155. El diálogo con el que te quiere matar porque sí es propio de necios y solo hace que aquel, además, te trate de tonto, te desprecie y, encima, quiera matarte más aún.