Zaragoza.- La Navidad se marcha y, con ella, también las muchas actividades que han sucedido durante este periodo en la capital aragonesa. Una de ellas la feria de Navidad situada en la plaza del Pilar, que cierra sus puertas este lunes después de 38 días de trabajo ininterrumpido. Y, a falta de confirmación oficial de los datos, la sensación es que se han vuelto a alcanzar buenas cifras y un alto grado de satisfacción.
Porque allí se han podido encontrar atractivos para todos los públicos y edades. Los más pequeños, por ejemplo, han disfrutado del tobogán de hielo, se han lanzado por la tirolina o han podido escalar. Lo han hecho hasta el último día, aprovechando la festividad del 7 de enero y que las filas de espera han sido considerablemente menores que las de días anteriores.
También han aprovechado los más tardanos para comprar los últimos regalos de calidad, artesanos y cerrar así un periodo de habitual castigo para el bolsillo de todos. O para acercarse a degustar unas buenas almendras garrapiñadas, vino de la tierra o productos llegados desde distintos puntos de España, como embutido extremeño o alimentos de Santoña.
Algo que ha satisfecho, y mucho, a los dueños de los puestos situados en la plaza del Pilar. "El puente cuando comenzamos el mercadillo fue bastante bien y luego ha venido mucha gente también de fuera", ha explicado una de las comerciantes. Otra, situada en el puesto de al lado, ha destacado "que ha ido muy bien, con mucha alegría y los niños pasándolo muy bien".
Un escenario emblemático donde dentro de un mar de atractivos ha vuelto a destacar la presencia del Belén. Son muchísimos los que se han acercado un año más a visitar in situ a los Reyes Magos y al niño Jesús, adentrándose por minutos en una etapa mágica. Así dice hasta pronto Zaragoza a la Navidad, con el deseo de cumplir todos los propósitos del 2019. Y también de que el mercadillo luzca dentro de unos meses en el punto más visitado de la ciudad.
