Con ese 8% harán maravillas: "Es un proyecto tremendamente estratégico en cuantía y calidad. De los mejor pagados de Europa y también de los más competitivos", explica el vicerrector de Política Científica de la UZ, Luis Miguel García Vinuesa. Y añade que hay que tener en cuenta que se trata de "ingenieros llevando a cabo su experiencia en inteligencia artificial y análisis computacional, para acabar en cáncer infantil. Es una investigación moderna y transversal".
Este proyecto de excelencia se puede llevar a cabo gracias a la colaboración público-privada de varias instituciones europeas y de él se sienten tremendamente orgullosos: "No se me ocurre mayor retorno social que la salud y, en particular, el cáncer infantil. Tenemos el optimismo de poder dedicarnos, como investigadores que somos, a un tema tan relevante como este", expone Vinuesa.
Predecir un tumor
Los instrumentos de los que van a hacer uso los científicos son las simulaciones virtuales hechas a ordenador. Los hospitales disponen de bancos de datos de pacientes que han sufrido cáncer infantil antes. Las biopsias, imágenes médicas y datos genéticos recopilados en estos ayudan a los médicos a establecer tratamientos, comparando los historiales antiguos con los historiales de los nuevos pacientes.
Miembros del M2BE el pasado septiembre en el Congreso VPH
Pero además, ahora, gracias a la biomecánica computacional y la inteligencia artificial, se crearán a ordenador modelos de comportamiento de un tumor. Los científicos conocerán con más exactitud cuál es la posible evolución de un tumor concreto, una información fundamental para que el clínico pueda adecuar los tratamientos a cada caso particular.
Pinta bien. Aunque parece inevitable preguntarse ¿y cuál es la fiabilidad de todo esto?, ¿cuál es la probabilidad de que, efectivamente, el tumor se comporte como esos modelos han pronosticado? El profesor José Manuel García Aznar responde: "No lo sabemos. Es difícil adivinar. Probablemente iremos escasos porque entiendo que es un problema complejo, pero la cuestión es que demos un pasito adelante. Es muy difícil que podamos coger todas las tendencias, pero sí creemos que esta línea de trabajo va a ser novedosa y va a suponer posicionar la tecnología cerca de la medicina".
Él mismo reconoce que esto no será suficiente. Son enfermedades muy complicadas pero lo importante, siempre, es avanzar. Al menos con simulaciones estudiadas y virtualizadas es mucho más sencillo tratarlos. Y ese es un buen punto de partida.
Por qué el glioma difuso y el neuroblastoma
La investigación se dedicará en exclusiva al glioma difuso y al neuroblastoma. Partimos de que ambos entran dentro del rango de "enfermedades raras", ya que el cáncer infantil es "residual" en la población. No obstante, el neuroblastoma es el tumor extracraneal más habitual en niños y representa casi el 10% de todos los casos de cáncer pediátrico. El principal problema es su alto grado de metástasis. Aunque se origina en las glándulas suprarrenales, pronto puede propagarse a hígado, huesos o sistema nervioso.
El glioma difuso aún presenta peor diagnóstico. La mortalidad alcanza el 90% y no tiene cura. La radioterapia solo se aplica como tratamiento paliativo para mejorar la calidad de vida del paciente.
Avanzar en el conocimiento de estos tipos de cáncer es avanzar en la ciencia y son con pequeños triunfos con los que se consiguen grandes éxitos.
De momento, cuatro investigadores pre doctorales y post doctorales serán contratados y se incorporarán al grupo Modelado Multiescala e Ingeniería Biológica (M2BE) del I3A. Actualmente lo componen 24 profesionales, a cuya cabeza se sitúan los investigadores senior José Manuel García Aznar, María Ángeles Pérez Ansón y María José Gómez Benito. De esta manera redoblan esfuerzos para llevar a cabo una investigación profunda y esperamos que fructífera.