Opinión

¡Estamos en campaña electoral!

victormanuelperezmartinez

Efectivamente. Aunque la sensación es que estamos en una campaña electoral desde el voto a la moción de censura a Mariano Rajoy hace poco más de 10 meses. Pero, ahora es oficial. La campaña electoral está en marcha y al igual que en una “carrera de relevo” los partidos políticos, con sus candidatos, tendrán que valorar la estrategia más conveniente para que cada paso no sea dado en falso.

El voto más fiel es el punto de partida de la comunicación electoral; pero, no es suficiente. El voto de los indecisos, a los cuales prefiero llamarle el “voto de los críticos” porque necesitan argumentos válidos para el voto, será el que decantará finalmente el número de escaños. Un porcentaje de la sociedad no está indecisa: tienen claro que los políticos no convencen y quiere políticos que los representen.

La campaña electoral en las regiones son engranajes de la maquinaria electoral nacional. En Aragón hay 30.000 jóvenes aragoneses que por primera vez asumirán el derecho al voto de un total de 1.018.589 personas que están llamadas a posicionarse por una propuesta política. Esta campaña, en la región, tendrá diversos escenarios y enfoques: desde reforzar la idea de un nuevo gobierno PSOE-CHA, la espera de cuál sería la estrategia del PAR, PP, de Ciudadanos, IU, Podemos o cuál será el escenario político con la llegada de otras representaciones políticas como VOX.

¿Estamos en la política como espectáculo o hacemos un espectáculo de la política? La televisión y la radio serán los escenarios por excelencia de los mensajes para captar el voto. La prensa mantendrá ese espacio más reflexivo y de análisis que tanto se demanda. Ahora bien, ¿cuál es el entorno más adecuado para hablar de política? Desde los programas de entretenimiento hasta las tertulias demandan la presencia de los candidatos, nacionales o regionales, para generar audiencia. Una demanda mutua porque los estrategas de la comunicación electoral reconocen que cualquier formato con una audiencia significativa implica la posibilidad de movilizar al voto y afianzar el mensaje entre sus votantes, de generar debate en la sociedad, de alimentar la interacción en las redes sociales y, si fuera posible, captar alguno de los votos de los más críticos. Todo es válido: hologramas, influencer, bicicletas estáticas, discurso más simplista, discurso con matices de intelectualidad, comentar reuniones privadas, ser sarcástico, ser afable, ¿ser camaleónico?

Los candidatos comprenden el potencial que tienen las redes sociales para estar en contacto con sus votantes, en especial los más jóvenes, proporcionándole un canal directo para exponer sus ideas y detalles de su programa político-electoral; aunque implique quedar al descubierto ante los otros candidatos. Los militantes, votantes o ciudadanía en general acceden a internet para conocer las posturas de los candidatos, informarse sobre las actividades durante la campaña o conocer cualquier detalle de los eventos electorales. Es un espacio de debate en el cual exponen sus puntos de vistas, cuestionan o se convierten en ‘altavoces’ de las ideas expuestas.

La recta final, en esta carrera de relevo hasta la presidencia, predice ser agobiante; pero, interesante. Esta campaña electoral requiere por parte de la ciudadanía un alto nivel de actitud crítica ante los mensajes electorales. La vida política tendrá que filtrar y extraer los mensajes veraces. Aprender a convivir con las noticias falsas (fake news), la saturación de contenido electoral en cualquier horario, las encuestas sesgadas a favor o en contra, el descrédito entre los propios candidatos, la falta de coherencia y la incapacidad de fortalecer la vida política enfocándose en los temas cruciales que demanda la mayoría de la ciudadanía.