Carlos Vigaray ha pisado este lunes el césped de la que será su casa en los próximos cuatro años, el del Estadio Municipal de La Romareda. El madrileño llega procedente del Deportivo Alavés, donde ha labrado su carrera en Primera División, y lo hace para reforzar el lateral derecho del Real Zaragoza, compitiendo por un puesto en el once con el canterano Julián Demás.
Respecto a cómo se ha labrado su fichaje, Vigaray ha explicado que le llamaron tanto el director deportivo, Lalo Arantegui, como Víctor Fernández para ofrecerle “una buena versión de un Real Zaragoza que tiene buen proyecto para subir a Primera”. Además, ha valorado que sea “un equipo mítico, con mucha historia y una ciudad importante donde se vive el fútbol con mucho ambiente”.
El de Leganés ha destacado la figura de Víctor, “un muy buen entrenador que ha hecho historia en el club” y con quien mantuvo “una conversación” que le “convenció para venir”. De hecho, el técnico no ha dudado en señalar que será un jugador muy importante esta campaña, un papel que asume con naturalidad, “ganas, ilusión y humildad”.
También ha desvelado una conversación con otro Víctor. En este caso con Laguardia, zaragocista y zaragozano con quien ha compartido vestuario en las últimas temporadas: “Estuve con él hablando del Zaragoza en cuanto supe del interés, siempre me ha dado buenas referencias de la ciudad, club, Ciudad Deportiva y es otra opinión que me ha servido para convencerme de venir a esta gran ciudad”, ha confesado.
El zaguero considera que “hay buen grupo, buenos jugadores, buen míster y la afición va a apretar mucho”, por lo que ha insistido en que “es un gran proyecto para aspirar a subir a Primera”. Coincidirá en el Real Zaragoza con Álex Blanco, con quien compartió vestuario durante media temporada en el Alavés. “Siempre es bueno tener gente que conozcas de antes para tener ese feeling, pero la adaptación ha sido buena, los compañeros me han acogido muy rápido y el club está dando muchas facilidades”, ha concluido.
Vigaray ha podido sentir el calor de los aficionados, que se contaban por decenas en el graderío del Estadio Municipal de La Romareda. Ha sido, al menos a priori, la antepenúltima presentación del verano en el Real Zaragoza. Faltan el mediocentro que pueda actuar también como central y, cómo no, el delantero centro que marque las diferencias.
