Salud Pública cuenta desde ayer con la colaboración de 88 militares del Ejército de Tierra y del Aire para realizar la labor de rastreadores en Aragón. La incorporación de estos efectivos ha rellenado el lote de rastreadores en la Comunidad alcanzando los 400 profesionales.
Los militares, que recibieron la formación previa el pasado jueves y viernes, comenzaron a llamar ayer en una planta del Hospital Militar de Zaragoza. Su cometido de momento, se basa en la comunicación de PCR negativas algo que, para la consejera de Sanidad, Sira Repollés, “aliviará la Atención Primaria”. Repollés ha agradecido el trabajo de las Fuerzas Armadas y ha expresado que la formación de estos efectivos ha sido “muy grata” y que son unos “alumnos aventajados”.
Los nuevos rastreadores realizaron en su primer día unas 1.500 llamadas, se encuentran repartidos en dos turnos de mañana y tardes y trabajan en cinco unidades con cuatro militares en cada una. Al principio este apoyo, ofrecido por el Gobierno de España, fue seleccionado para encargarse de las llamadas escolares, pero ahora su cometido se centra en la comunicación de los resultados de PCR negativos.
Con la llegada entre hoy y mañana de los test de antígenos a los centros de salud aragoneses puede que su labor se vea reducida. Por ello, si la cosa marcha bien, los militares se encargarán de comunicar y colaborar con las llamadas a los que poseen un seguro en una mutua privada, que no posean médico de cabecera.
Cada efectivo del Ejército de Tierra y del Aire realiza por turno unas 35 llamadas y están coordinados por una enfermera para cuestiones más complejas o apoyo en la gestión. Los militares no tienen acceso al historial clínico del paciente, solo reciben los datos de la persona sometida a la PCR para la comunicación de su negativo.
La delegada del Gobierno en Aragón, Pilar Alegría, también ha acompañado a la consejera de Sanidad en la visita, donde ha alabado el papel de las Fuerzas Armadas durante el estado de alarma.
