El presunto autor del "crimen de la maleta" echa la culpa a otro hombre de matar al transportista

El acusado deberá también pagar una cantidad total de 250.000 euros a la familia
photo_camera El acusado deberá también pagar una cantidad total de 250.000 euros a la familia

El presunto autor de la muerte de Jorge Villa, Jonathan Witmar Berreondo, ha defendido que él no lo mató y que fue Emilio “el cordobés” que acudió a su rescate porque según el acusado, el fallecido trataba de abusar sexualmente de él. Este martes he tenido lugar la primera sesión del juicio conocido como “crimen de la maleta”, en la que el transportista madrileño, Jorge Villa, quedó a través de una aplicación móvil de citas masculinas con Berreondo en su piso del barrio Oliver (Zaragoza) y este, según la acusación y Fiscalía, golpeó con un martillo 21 veces en la cabeza al fallecido hasta acabar con su vida. La Fiscalía pide para el acusado 20 años por asesinato y la acusación de la familia 25 años.

La defensa de Berreondo ha afirmado que el encuentro sexual que acabó con la vida de Jorge Villa fue pagado y se llevó a cabo de la aplicación Wapo. Berreondo ha afirmado que ejercía la prostitución “de dos a tres veces al día” debido a su situación precaria al llegar a Zaragoza de su país Guatemala. Allí en su país, el acusado quedó absuelto de un crimen similar con otro hombre.

La defensa del acusado, el abogado de oficio Javier Cestero, ha defendido que en el crimen hay una tercera persona implicada, Emilio “el cordobés”. Este último, según el abogado, fue el que propinó los 21 golpes en la cabeza de la víctima tras socorrer a Berreondo, que estaba siendo abusado sexualmente por Villa, tras pagarle 100 euros por el encuentro esporádico.

Berreondo ha relatado como Jorge Villa contactó con él y pactó a través de la aplicación Wapo el precio del servicio sexual. Villa usó como alias el nombre de “Mario” para el encuentro y esperó al acusado en la habitación, mientras este abría la puerta a Emilio “el cordobés” que estaba esperando también para tener después un encuentro sexual con Berreondo.

Al llegar el acusado a la habitación vio a “Mario” desnudo con “un condón puesto” y empezó a llamarlo “zorra” y “puta” y comenzó a abofetearlo “con poca fuerza”. Después de esto, “Mario” lo penetró, según defiende el acusado, a lo que este respondió con una negativa sobre lo que estaba ocurriendo. En ese momento, Berreondo afirma que lanzó a “Mario” contra la mesita de noche y que se dio un golpe en la cabeza. Tras el golpe, según defiende el acusado, “Mario” se levantó y comenzó a asfixiarlo. Es ahí cuando pide auxilio y aparece “el cordobés” que asesta los golpes mortales, de los que Berreondo afirma “ver parte de los sesos”.

Según el acusado, “el cordobés” tomó posesión de la situación y le pidió que “se tranquilizara y que buscara algo para echarle algo dentro”, en referencia a la maleta. También, según el acusado, Emilio le aseguró que traería cal viva para hacer desaparecer el cadáver. La implicación de “el cordobés” ha sido vista por la acusación de la familia como “una absoluta desfachatez” y por la Fiscalía como “una falta a la verdad”. Este miércoles comenzará la sesión con las palabras de “el cordobés”.

Hasta cinco versiones distintas

El abogado de la familia de Villa, José Luis Melguizo, le ha recriminado al acusado que “miente a todo el mundo” a lo que este ha respondido que “casi a todos”. Un resumen de los cambios de argumentos -que se cuentan hasta cinco- de Berreondo durante sus testificales policiales.

Berreondo llegó a confesar el asesinato de Jorge Villa, a lo que dos meses después se auto eximió de la culpa, cargándola toda a “el cordobés”.

El acusado usó el teléfono de la víctima para crear una coartada con mensajes en los que Berreondo se hacía pasar por el fallecido. La Policía pilló al acusado al usar “expresiones sudamericanas” cuando se hacía pasar por el fallecido “que era de Madrid”, ha acusado el abogado de la familia.