Suiza emula a Grecia y tumba a España en La Romareda (1-2)

Borja Iglesias pelea un balón en el césped de La Romareda
photo_camera Borja Iglesias, que debutó con la selección en el minuto 63, fue el más aclamado de la noche en La Romareda

La esperada y ansiada visita de España a La Romareda se saldó con un resultado idéntico al anterior partido. Suiza logró emular a Grecia en junio de 2003 y tumbó a la selección de Luis Enrique con un 1-2 que obliga a ganar a Portugal en Braga para clasificarse para la Final Four de la Nations League. La afición zaragozana no pudo celebrar un triunfo y volvió a ver un tropiezo del combinado nacional, aunque supo degustar el regreso de Borja Iglesias al césped de la capital aragonesa.

Ante una Romareda entregada al regreso de la selección, Luis Enrique quiso sorprender a los suizos con Marco Asensio como falso nueve y alineando de inicio de primera vez al centro del campo del Barça, con Busquets, Gavi y Pedri. El cuadro helvético tenía claro que debía presionar la salida de balón desde atrás y buscó desde el principio hacer cosquillas, mientras el equipo español era fiel a su juego de toque y de velocidad por la banda, con dos llegadas de Sarabia y Gavi sin rematador.

Al grito de “España, España” y ya con el público haciendo la ola a los diez minutos, el equipo suizo fue el primero en inquietar la portería, con un disparo duro y raso de Shaquiri que pudo atajar Unai Simón. Respondió Ferrán con una internada desde la banda que Elvedi desvió a saque de esquina, sacado en corto sin peligro.

Sin llegar a generar ocasiones, más allá de un paradón de Unai a Embolo anulado por fuera de juego, estaba Suiza acechando el área española, hasta que logró anotar el primero de la tarde. Si el saque de esquina anterior lo sacó España en corto, dio varios toques y no generó ningún peligro, Suiza tenía bien claro qué hacer con su primer córner, que Vargas lo pusiera a la cabeza de Akanji para que el central colara el balón en la red de Unai Simón. Mazazo para una España que llevaba ya unos minutos sin encontrar a Pedri y Gavi, bien neutralizados por el centro del campo helvético.

Sarabia estaba siendo el mejor jugador de los de Luis Enrique. Sus internadas por la banda izquierda y los desdoblamientos de Jordi Alba eran prácticamente la única forma de hacer daño a Suiza, pero se perdían sin un rematador en el área. Con Portugal ya venciendo a la República Checa a la media hora de partido, los suizos hacían temblar la zaga de Luis Enrique con tres saques de esquina consecutivos que, ahora sí, bien defendidos.

39 minutos tardó la grada de La Romareda en corear el “Borja, Borja”, pidiendo una referencia ofensiva que diera claridad, y algo de gol, al ataque inoperante de España, que no había tirado a puerta en toda la primera parte. Fue Shaquiri quien tuvo el segundo, que hubiera hecho mucho daño a Luis Enrique, pero, tras zafarse de toda la zaga española, se topó con un enorme brazo de Unai Simón.

SEGUNDA PARTE: LA HORA DE BORJA IGLESIAS

Luis Enrique mantuvo tras el descanso al mismo once, sin cambios pese a la mala primera mitad. Bajo un manto de agua que caía sobre La Romareda, el equipo intentó ser más incisivo en campo rival, con dos internadas de Ferrán Torres y Asensio que no encontraron remate. Y ante la falta de remate, tuvo que ser un defensa quien se decidiera a romper la portería de Sommer. Asensio, con una gran arrancada desde, precisamente, la zona de falso 9, sirvió en bandeja el tanto a Jordi Alba para fusilar la red de La Romareda y anotar el primer gol de España en Zaragoza desde 1983.

Poco duró la alegría y la fiesta en La Romareda. De nuevo en un córner difícilmente peor defendido, aunque en Zaragoza ya se haya visto de todo, Embolo conectó un remate tras varios rechaces y envió el balón al fondo de la portería de Unai Simón. Y pudo ser peor si Suiza hubiera enviado a la red un balón muerto en área pequeña que no atrapó el portero del Athletic y que Pau Torres taponó como bien pudo.

Este 1-2 sí hizo reaccionar a Luis Enrique, con tres cambios que hicieron la delicia de la grada, sobre todo con la entrada de Borja Iglesias, recibiendo la ovación que Zaragoza llevaba esperando cuatro años. La renovación del ataque, con Yeremi Pino y Nico Williams, otro debutante, en las bandas, dio aire a la selección, que aceleró el ritmo en campo contrario y comenzó a hacer daño a la defensa suiza, demasiado tranquila hasta ahora.

Llegó el último cuarto de hora con España ya volcada sobre la meta de Sommer. El portero suizo voló para desviar un potente disparo de Marcos Llorente, cuarto cambio de Luis Enrique por un Pedri también ovacionado por la grada. Pero no era suficiente para derribar el muro suizo, que no dejaba ninguna mínima grieta por donde España pudiera intentar crear peligro.

La entrada a la desesperada de Carlos Soler tampoco fue suficiente para superar a Suiza, que se aprovechó de la debilidad de la defensa española para sumar el triunfo en Zaragoza, que acumula ya tres visitas consecutivas sin ver ganar a España.