El obelisco perdido. La historia dentro de la historia

Dos fragmentos del Obelisco yacían a la intemperie sin ningún cuidado durante las obras de los depósitos de Pignatelli reconvertidos en la actualidad en parque, como si fueran escombros inservibles. 11-04-2022. María Pilar Gonzalo Vidao
Dos fragmentos del Obelisco yacían a la intemperie sin ningún cuidado durante las obras de los depósitos de Pignatelli reconvertidos en la actualidad en parque, como si fueran escombros inservibles. 11-04-2022. María Pilar Gonzalo Vidao

Corría el mes de abril de 2022 cuando las obras comenzadas en los antiguos depósitos de agua de Pignatelli sacudían sus cimientos y alteraban el descanso de los vecinos colindantes.

Éramos conscientes de que aquel lugar que en otro tiempo había permanecido oculto a los ojos de la mayoría había de cambiar para siempre. Atrás quedaban las tardes de verano siendo niña, en los que mis hermanos y yo pegábamos las narices en la verja de color verde en la entrada del Parque de Pignatelli, con la esperanza de entender por qué ese lugar quedaba vedado a nuestros juegos. Solo se intuía una lejanía de tierra y polvo, casi igual que ahora, aunque la vista de una pequeña no daba para entender que en ese lugar se escondía uno de los secretos mejor guardados de esta ciudad.

Pasaron los años, y, tras la rehabilitación de una parte de los depósitos de agua y su posterior apertura como centro de exposiciones, nos llevó de excursión nuestra profesora de historia, doña Aurora Sainz Sánchez, desde el colegio Luis Vives, con apenas 11 o 12 años. Fue ella quien me inoculó el amor por nuestras raíces y ahí han ido creciendo fuertes, gracias a su pasión por enseñar y yo por aprender.

En ese lugar descubrí junto a unos zagales de mi clase un espacio apartado, no habilitado al público en el que se encontraban una serie de columnas, algún capitel, quizás algún resto desguazado de no se sabía muy bien qué. Terminada la travesura y la visita llegó un momento de reflexión. Durante todo el camino de vuelta estuve pensando en aquella pequeña aventura vivida y me dije que algún día sabría el origen de esas piezas. Siempre que he pasado por la puerta de esos depósitos, mucho tiempo antes de que ese punto se transformara en lo que hoy es, tenía claro que no se puede escapar de la memoria.

Se aprecia el deterioro sufrido, entre otras cosas, el borrado del relieve en uno de los fragmentos y las humedades que han afectado a las volutas que aparecen marcadas con una cinta del ayuntamiento. Unas señales de obras forman parte de esta grotesca estampa. 11-04-2022. María Pilar Gonzalo Vidao
Se aprecia el deterioro sufrido, entre otras cosas, el borrado del relieve en uno de los fragmentos y las humedades que han afectado a las volutas que aparecen marcadas con una cinta del ayuntamiento. Unas señales de obras forman parte de esta grotesca estampa. 11-04-2022. María Pilar Gonzalo Vidao

Desde hace unos cuantos años, cuando emprendimos desde la madurez una nueva aventura para dar a conocer nuestro patrimonio fotográfico, quisimos ir un paso más allá y no detenernos en conservar las fotografías adquiridas o cedidas, nuestro objetivo también era documentarlas, contextualizarlas y mostrarlas. Por eso, desde nuestra Asociación Cultural Anteayer Fotográfico Zaragozano, ha sido una constante poner en manos de aquel o aquella que lo desee todo lo que resulte relevante como sociedad, no solamente la imagen, también los escenarios donde se desarrollaron los hechos.

No solo es nuestra historia, es nuestra memoria colectiva, es lo que nos enseña de dónde partimos para conocer cómo hemos llegado hasta aquí.

Aquel 11 de abril de 2022 entramos en las obras de los depósitos de Pignatelli. Reconozco que fui yo quien insté a Manuel Ordóñez a seguirme. Él siempre me acompaña en mis incursiones a lo desconocido, seguramente para evitar que me meta donde no debo, sabe que me encanta investigar, tocar y mirar aunque no sepamos qué nos vamos a encontrar. Él es la discreción y yo el arrojo. El mérito de este “deporte” es de L. Fran Ríos, él fue quien me introdujo en el conocimiento de lugares abandonados hace más de una década.

Como digo, aquella tarde del 11 de abril no había nadie allí, las verjas estaban abiertas desde las traseras de los depósitos que daban a la calle de Santiago Guallar, y la zona por la que accedimos, habilitada para entrada de camiones, ni siquiera tenía puerta. Era un espacio público donde no había actividad y nosotros meros curiosos. Desolados ante la destrucción del portón de acceso que databa de la época de las construcción de los depósitos a finales del siglo XIX, propuse acceder y comprobar in situ los daños. Ese lugar estaba pidiendo a gritos ser fotografiado, y, nuevamente, solicité a Manuel Ordóñez que tomara imágenes de cualquier cosa que pudiera tener interés testimonial. Igualmente realicé con mi cámara unas cuantas instantáneas, son las que ilustran este artículo y decidimos publicarlas junto con otras de Manuel en nuestro grupo de Facebook, Fotos Antiguas de Zaragoza, un día más tarde.

Otra perspectiva del abandono que ha sufrido el monumento dedicado al Reducto del Pilar y una serie de fragmentos apilados sin un destino aparente. 11-04-2022
Otra perspectiva del abandono que ha sufrido el monumento dedicado al Reducto del Pilar y una serie de fragmentos apilados sin un destino aparente. 11-04-2022

En aquel momento no nos podíamos imaginar que en esas fotografías salían reflejados los restos del desaparecido, desde hace 60 años, obelisco diseñado por Ricardo Magdalena dedicado a los héroes del Reducto del Pilar.

Siempre estuvo en nuestro ánimo recuperar este monolito que se elevaba al cielo como una plegaria de agradecimiento a aquellos que entregaron su vida por la defensa de nuestra ciudad durante Los Sitios y lo buscamos de manera incesante por las hemerotecas, las actas del ayuntamiento y hasta entrevistando a personas de manera informal que en aquel momento tuvieron algún cargo en el mismo que pudiera arrojar algo de luz. Nada hasta hace unos días…

En 1963 se desmontaba el obelisco para quedar oculto durante 60 años a los ojos del mundo y colocar en su lugar

el conjunto escultórico obra de Federico Amutio que ha llegado hasta nuestros días en la glorieta de Sasera. Sin embargo, un cúmulo de casualidades, hicieron que Manuel Ordóñez cayera en la cuenta de que se trataba del monumento desaparecido sin dejar ni rastro.

Tras la toma de fotografías durante aquella tarde del 11 de abril de 2022 y dedicarle sus buenas horas a intentar saber de dónde procedían esos fragmentos de lo que parecía el desmontaje de alguna finca del siglo XIX, me decanté por la que el propietario de la Torre de Buil, Juan Buil, tuvo en ese espacio ocupado con anterioridad a los depósitos, hasta que se produjo la expropiación de sus terrenos para la construcción de esa zona del parque de Pignatelli, el primer coto público que tuvo la ciudad de Zaragoza. No teníamos ningún hecho probado, ya que no han llegado hasta nosotros fotografías de ese enclave de la Torre de Buil con nitidez para contrastar esta ahora descartada hipótesis, tan solo teníamos muchas preguntas y ninguna respuesta cierta.

Fotografía tomada el jueves, 6 de abril de 2023, tras saber ya con el descubrimiento de Manuel Ordóñez, que los restos expuestos en el nuevo parque de los antiguos depósitos de Pignatelli, se corresponden con fragmentos del monumento al Reducto del Pilar. María Pilar Gonzalo Vidao
Fotografía tomada el jueves, 6 de abril de 2023, tras saber ya con el descubrimiento de Manuel Ordóñez, que los restos expuestos en el nuevo parque de los antiguos depósitos de Pignatelli, se corresponden con fragmentos del monumento al Reducto del Pilar. María Pilar Gonzalo Vidao

Quiso la casualidad que nuestro compañero, L. Fran Ríos, realizara en fechas recientes una publicación para Aragón Digital desde nuestra sección en cultura de Anteayer Fotográfico Zaragozano, un extenso y bien documentado artículo precisamente sobre el Reducto del Pilar y los cambios en los conjuntos escultóricos llevados a cabo en la glorieta de Sasera. Dicha publicación salía en prensa, en nuestra página oficial y redes sociales el 9 de marzo del año en curso.

De nuevo, Manuel Ordoñez y yo, nos dirigimos a los antiguos depósitos de agua de Pignatelli el domingo, 12 de marzo, para conocer los avances de la transformación en parque, y de paso, asegurar el estado de los restos que aquel 11 de abril de 2022 habíamos localizado. Salió una persona a nuestro encuentro tras realizar unas fotografías y pedirnos que nos marcháramos del lugar, pero al explicarle que estábamos en una zona donde no había reformas, abierta al público sin carteles de prohibición ni puertas que impidieran el paso, nos negamos. A continuación vino con el jefe de obras exigiendo lo mismo, por cierto, sin ningún tipo de protección como casco o similar, siendo que ellos sí estaban en la zona de edificación, y tuvimos que acreditarnos con nuestro carnet de prensa, igualmente se nos despachó sin miramientos.

Con las fotografías tomadas con mi móvil  pudimos comprobar aquel día que los restos encontrados sí estaban colocados tal y como pudimos ver días después tras la inauguración sin saber todavía qué eran esos vestigios.

Llegábamos al martes, 28 de marzo, momento en el que se cortó la cinta y un nuevo espacio vio la luz para todos los zaragozanos y zaragozanas. Manuel Ordóñez tomó una serie de fotografías aquella misma tarde, entre las que se encontraban algunos restos que nosotros ya habíamos visto y documentado colocados en el suelo, desperdigados, vallados y sin ningún tipo de identificación. Era evidente que los habían colocado como vestigios encontrados en los depósitos pero sin conocer en absoluto su procedencia.

Fotografía tomada el jueves, 6 de abril, tras comprobar que los vestigios correspondían al Reducto del Pilar. El nombre de una tal Natalia y la fecha de su destrozo, daban cuenta de que esta pieza estuvo al alcance de cualquiera. María Pilar Gonzalo Vidao
Fotografía tomada el jueves, 6 de abril, tras comprobar que los vestigios correspondían al Reducto del Pilar. El nombre de una tal Natalia y la fecha de su destrozo, daban cuenta de que esta pieza estuvo al alcance de cualquiera. María Pilar Gonzalo Vidao

El domingo 2 de abril, Manuel y yo nos encontrábamos haciendo una serie de comprobaciones en los artículos publicados desde nuestra página oficial de Anteayer Fotográfico Zaragozano, algo rutinario. De repente, Manuel me pidió que ampliara de nuevo la fotografía que L. Fran Ríos había utilizado para ilustrar su artículo sobre el Reducto, y fue entonces cuando dijo en voz alta: “¡es el Reducto! ¡Lo que hay en los depósitos son partes del obelisco!... buscó en su móvil las fotografías últimas que había tomado el día de la inauguración del parque y efectivamente, eran realmente los restos del Reducto del Pilar que estuvieron en la glorieta de Sasera desde 1909 hasta 1963.

No podíamos creerlo y tras realizar diferentes comprobaciones con las fotografías tomadas tanto en abril de 2022 como las efectuadas en los últimos días, sin lugar a dudas, el misterio del lugar donde había estado guardado todos estos años el obelisco, quedaba resuelto.

El jueves, 6 de abril, nos dirigíamos de nuevo para tomar fotografías y comprobar cómo estaban dispuestas todas las piezas. Hoy sabemos que unos pedazos de esa parte de nuestra historia se encuentran tendidos, dispersos e ignorados en un nuevo lugar abierto al público negándoles su valor y su memoria. No solo se encuentran allí las partes identificadas por nosotros, también hay algún fragmento más que ha sido colocado junto a otras piezas, en otra zona vallada, alejada de todo, sin ningún reconocimiento ni atención, igual que con el resto de porciones encontradas.

Escribo esta pequeña parte de la historia dentro de la historia para desvelar que las casualidades, el destino, la suerte, llamémoslo como deseemos, también tienen su lugar aquí, aunque lo importante en este caso haya sido el pleno conocimiento de que algún día aparecería ese gajo de nuestra crónica pasada, y que su descubridor, Manuel Ordóñez Gracia, ha tenido el talento de conocer perfectamente el monumento, de reconocerlo en el momento justo en el lugar adecuado, y sobre todo, la generosidad de hacerlo a través de nuestra Asociación Cultural Anteayer Fotográfico Zaragozano.

Hagamos ahora que se conserve y exponga para generaciones venideras. Nuestro patrimonio no puede esperar más ante tanta desidia.

Fotografía tomada el jueves, 6 de abril, tras comprobar que los vestigios correspondían al Reducto del Pilar. María Pilar Gonzalo Vidao
Fotografía tomada el jueves, 6 de abril, tras comprobar que los vestigios correspondían al Reducto del Pilar. María Pilar Gonzalo Vidao

«Anteayer Fotográfico Zaragozano» en redes:

Más en Anteayer Fotográfico Zaragozano