Casademont Zaragoza femenino: un equipo para el recuerdo 

Esfuerzo, lucha y carácter, son algunos de los atributos que han definido al Casademont femenino esta temporada.
El equipo aragonés termina el curso tras un año de ensueño
photo_camera Las rojillas cierran un año histórico. Foto: Casademont Zaragoza

Esfuerzo, lucha y carácter, son algunos de los atributos que han definido al Casademont femenino esta temporada. Todo ello unido a un solo grito: "Rasmia". Concepto que se define por la garra y el tesón al superar los momentos complicados, y así lo han demostrado las jugadoras de Carlos Cantero durante todo el año. Después de decir adiós al playoff tras caer en semifinales contra el Valencia, el equipo zaragozano se marcha de vacaciones con la cabeza bien alta. 

Hacía tiempo que Zaragoza no vivía una situación tan emocionante en el ámbito deportivo. Las rojillas han conseguido poner el nombre de la ciudad, y de Aragón, en el panorama nacional del baloncesto. Han sido referentes tanto para los más pequeños como para los mayores. Su trabajo ha obtenido recompensa, no solo deportivamente, sino también han sido capaces de atraer a una masa social que era casi impensable lograr en tan poco tiempo

Su gran competitividad les llevó a ser uno de los difíciles rivales de la Liga Femenina. Sin hacer mucho ruido, el Casademont se sitúo pronto en los puestos más altos de la clasificación. Con un balance de 22 triunfos y ocho derrotas, solo tres en en el Príncipe Felipe, se alzó con la cuarta posición en liga regular. No pudieron llegar en su mejor momento al playoff después del desgaste físico de toda la temporada. Aun así, el conjunto aragonés consiguió el pase a las semifinales, donde no pudieron avanzar al último paso por el título de Liga, debido a las bajas por lesión y el duro choque ante uno de los equipos más potentes de la competición. 

También dejó huella en Europa. En su primera aparición en la Eurocup, las de Carlos Cantero cumplieron con creces en su paso por el torneo. Con un pleno de victorias en la fase de grupos, el nombre de Zaragoza comenzaba a hacerse un hueco entre los clubs más grandes del baloncesto femenino. El camino europeo duró hasta cuartos de final, cayendo eliminadas contra el Villeneuve

LA CORONACIÓN

Pero la cita más esperada llegó con la celebración de la Copa de la Reina en la capital del Ebro. La fiesta del baloncesto se vivió con emoción entre todos los equipos participantes, con una hermandad de las aficiones y en un escenario a la altura del torneo. El Casademont femenino dejó claro en la pista el concepto tan mencionado de rasmia, y el resto es historia. Con un récord de asistencia de más de 10.000 espectadores en el Pabellón Príncipe Felipe, las mañas se coronaron ante su público como campeonas de la Copa, haciendo realidad un sueño del que no se querían despertar.

Todo esto no hubiese sido posible sin el arropo de una afición que ha estado más que a la altura de un equipo que ha tocado el cielo. La Marea Roja ha vibrado y ha disfrutado con sus jugadoras, les ha animado cuando estaban las cosas más complicadas y les ha empujado a lo más alto, consiguiendo una unión entre todos para terminar una temporada soñada, y que ya espera con ganas la próxima para continuar escribiendo más capítulos en la historia del Casademont Zaragoza femenino.