Memoria histérica

Cada vez que se intenta recomponer el pasado, en vez de dejarlo en paz como algo que sucedió y, por consiguiente, no volverá a repetirse de la misma manera, cada vez que se intenta, la memoria histórica se convierte en memoria histérica, porque hay que inventar justificaciones para hacerlo que no tienen nada que ver con lo que en realidad pasó, sino con un afán de revancha inducida y recalentada, para intentar hacer en el presente lo que no se pudo ni se consiguió anteriormente.

Mirar al pasado suele generar melancolía: “cualquier tiempo pasado fue mejor”, dice Jorge Manrique. Aquellos tiempos heroicos en los que lucharon algunos, pero ninguno de nosotros, contra todo lo malo, son una pamema, “hecho o dicho insignificante al que se ha querido dar importancia”. Por más que se quiera reivindicar cualquier cosa que nos pareciera bien o mal de aquellos tiempos, lo cierto es que sólo se puede hablar de cosas del pasado, de muertos, incluso ya hace muchos años, mientras que los vivos se dedican siempre a intentar vivir de la mejor manera posible y que eso le pase al mayor número de personas igualmente vivas. Porque, como se pongan a rehacer lo que ya pasó, sólo van a lograr que aumente el desempleo.

Jesús Martínez Madrid