La Navidad

He constatado que en estas fechas en las que estamos, en la que todo debe ser alegría y felicidad a uno le viene la nostalgia de cuando las reuniones eran de verdad. Encuentros con gente querida donde se sabía el día de aquel amigo que hacía mucho que no veías, aquel familiar al que echabas de menos. Donde no faltaba algún que otro chiste acompañado de carcajadas y a veces alguna discusión también, por qué no. Pero que se zanjaba enseguida.

Antes de que nos volviéramos adictos a los aparatos, antes de que estuviéramos pendientes del pitido o sonido de un móvil. Cuando la comunicación familiar fluía en la mesa de una cena de nochebuena o nochevieja, en vez del silencio que se hace ahora en las familia, ya que estamos sumergidos en los móviles sin darnos cuenta de la realidad.

Y no estaría de más concienciar a la sociedad a propósito de éste problema que cada vez va a peor. Informando de las consecuencias directas e indirectas a las que puede llevar eso. O simplemente aconsejándoles de apartar o hacer un uso adecuado de los móviles durante las cenas familiares, para así evitar convertirnos en familias tecnológicas.

Josefina Bindang