Los padres estamos encantados

Es malo mentir a los niños, aunque sea con buena intención, también en el caso de los Reyes Magos. Si les decimos que no existen se podrán sentir momentáneamente decepcionados, pero la decepción ante la mentira sería mucho mayor y puede durar toda la vida. Hay que decirles siempre la verdad, pero sabiendo que existen buenas y malas formas de hacerlo; nunca de forma brusca y fría, sino poco a poco, con delicadeza y cariño.

Un ejemplo: cuando nació Jesús fueron a visitarle unos personajes llamados Reyes o Magos de Oriente, para adorarle y llevarle regalos. Aunque ya no están en la tierra, siguen influyendo en los niños debido a que por su inocencia son semejantes al Niño Jesús. Como los Reyes no pueden llegar a todos los niños del mundo, para enviar sus regalos se valen de la ayuda de unos nuevos mensajeros que son los padres de los niños. Los padres estamos encantados de que nuestros hijos tengan regalos, como los tuvo Jesús, siempre que se porten bien.

Juan García