Con la educación católica

Desde hace siglos las instituciones educativas de la Iglesia se dedican con especial atención a los niños y niñas de las zonas con menor nivel de renta. Además, el número de alumnos procedentes de la inmigración es muy alto en la educación concertada, aspecto que está en la propia naturaleza de este sistema. Convendría que Pablo Iglesias abandonara la demagogia y el oportunismo cuando se refiera a la Iglesia, y recordara que los centros concertados de cualquier identidad forman parte de la red pública, dentro del marco constitucional.

Me parece que Iglesias debería tomar nota de la disposición al diálogo manifestada por la vicepresidenta Carmen Calvo, que se reunía con el Nuncio de su Santidad en España para abordar las relaciones entre la Iglesia y el Estado. Hay mucho campo para colaborar, desde el respeto, no desde prejuicios y tópicos arcaicos.

Juan García.