La semana pasada fue movidilla en el mundo educativo. El Ministerio de Isabel Celaá se enfrentó la semana anterior, sin que la Ministra consiguiera aclarar suficientemente la cuestión, a las noticias sobre el cierre de las escuelas de educación especial. El lunes 4 la noticia era el regreso a las aulas en el mes de septiembre. Sorprende que el Ministerio plantee el regreso condicionándolo a la existencia de una vacuna contra la Covid-19. Es verdad que la gestión de la pandemia exige flexibilidad en la toma de decisiones. Pero una cosa es la flexibilidad y otra las quimeras. Dado que no hay vacuna, y lo más probable es que no haya en septiembre, el Ministerio de Educación debe coordinar con las Comunidades Autónomas, que tienen la competencia en esta materia, el regreso a las aulas de acuerdo con los datos disponibles.
Valentín Abelenda Carrillo