La Iglesia, también en Italia, ha aceptado con sufrimiento y gran sentido de responsabilidad las limitaciones impuestas para afrontar la emergencia sanitaria. Pero no se entiende que, una vez reducidas las limitaciones generales para hacer frente a la pandemia, se impida a la Iglesia reanudar su acción pastoral.

Un Comunicado de la Conferencia Episcopal Italiana concluye recordando al Gobierno de su país que, precisamente en aras de la separación entre Iglesia y Estado, la Presidencia del Consejo y el Comité Técnico Científico deben dar medidas precisas de carácter sanitario que la Iglesia cumplirá responsablemente, pero sólo le compete a ella organizar la vida de la comunidad cristiana, sin injerencia alguna.

Jesús Martínez Madrid

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