La carrera por obtener vacunas

La pandemia afecta a todos, pero existe el riesgo de que los países ricos acaparen las vacunas y los más pobres se queden con las migajas. EE.UU., la UE, el Reino Unido y Japón han comprometido el dinero necesario para reservarse entré todos, mediante acuerdos con los productores, 3.700 millones de dosis de ocho vacunas distintas que están en fase de ensayo clínico. O sea, cuatro dosis por habitante.

Ciertamente, no es puro acaparamiento. Ninguna de esas vacunas se está aplicando aún, y el overbooking es una cautela en previsión de que varias no servirán. Pero aun así, supone la mayor parte de la producción potencial del mundo, y los países pobres no pueden competir con semejante poder de compra. Cabe, por tanto, que cuando por fin haya vacunas, la inmunización sea muy desigual, y la pandemia se prolongue mucho más tiempo en el mundo en desarrollo.

Si la solidaridad humana pide ayudar y cooperar, con independencia del beneficio propio que pueda resultar, en casos como este se ve más claro que el bien común es a la vez el de cada uno. Si uno acapara, los demás que puedan querrán hacer lo mismo, y la competición hará que suban los precios, en per juicio de todos. Los desiguales niveles de inmunización obligarían a restringir el movimiento internacional de personas y mercancías. Mientras queden grandes focos de infección en partes del mundo, el coronavirus seguirá siendo una amenaza.

Para prevenir los daños que causaría la concurrencia, la OMS ha promovido la iniciativa llamada Covax, que es un fondo común internacional para financiar la producción y compra de vacunas, de modo que haya para todos y no se disparen los precios. De momento se han sumado a Covax 64 países ricos, que aportan dinero, y 92 en desarrollo, que se beneficiarán de donaciones y descuentos.

Para que haya una distribución equitativa hace falta que todos cooperen, en vez de competir.

Pedro García