¿Europa despierta ante China?

Hasta ahora todos los reproches a las autoridades chinas no han pasado de tímidas declaraciones de protesta por parte de las grandes democracias occidentales, demasiado preocupadas por los intereses económicos y financieros. Ha sido la aparición de un documento oficial lo que ha puesto al descubierto la represión contra esta minoría musulmana, a la que se acusa de extremismo y de querer cambiar el sistema político. Era ya demasiado para seguir callando y Europa ha tomado la decisión correcta, aunque cabe esperar, a partir de este momento, otra escalada de desafíos por parte del coloso asiático.

Una vez más surge el gran dilema de optar por la defensa de los derechos humanos en el plano internacional o ceder a los intereses y cálculos supuestamente pragmáticos. El realismo político y la diplomacia no deben confundirse en ningún caso con el aval a políticas que atentan contra la dignidad de las personas.

Jesús D. Mez