Educación, todo vale, nada cuesta

El pasado martes, el Gobierno aprobó un RD sobre la ESO en el que desaparece las notas en las evaluaciones. Será el equipo docente quien valorará si el alumno repite o no, desaparece la asignatura de Filosofía como tal en la ESO, así como la asignatura de Historia no se dará por orden cronológico, sino a criterio del docente. Chocan todas estas modificaciones en la nueva Ley de Educación con lo que declaraba el presidente Pedro Sánchez en octubre de 2015 en las que afirmaba que cuando llegara al poder recuperaría las enseñanzas de Filosofía, Música, Ética, y Artes plásticas. Algo ha pasado en tan poco espacio de tiempo para un cambio tan radical. Sin calificaciones y pudiendo pasar de curso con materias suspendidas hará que el alumno pierda el sentido de la cultura del esfuerzo, los profesores tendrán verdaderas dificultades para poner en valor las asignaturas que impartan y los padres no podrán exigir a sus hijos ese esfuerzo de superación porque cuando un alumno sabe que pasa de curso con materias suspendidas baja su interés. Esto es una verdadera locura, sin conocimientos de filosofía los alumnos perderán espíritu crítico y dejarán de hacerse preguntas del porqué de muchas cosas. Sin conocimiento de la historia en orden cronológico, se pierde el conocimiento de cómo unas épocas enlazan con otras y los motivos que han servido para construir, desde una nación, a la organización del mundo actual, no se puede dejar a criterio de cada docente la forma de impartir la asignatura porque desde un principio será subjetiva y sesgada. Los padres quieren que sus hijos tengan una preparación lo más completa para su desarrollo futuro, porque ven que cada día las exigencias son mayores y obligan a tener una buena preparación. "La educación en España es un cachondeo", como dijo un político hace años de la justicia. Mi hijo no quería estudiar, le dije que hasta selectividad lo haría por lo civil o lo criminal, repitió un curso de bachiller, pero lo consiguió y ese muchacho que no quería estudiar se graduó y ahora está haciendo su segunda carrera, con este nuevo sistema dudo mucho que esto lo hubiera conseguido. Nos encontramos en un punto en el que la cultura del esfuerzo y sacrificio no se premian; sin embargo, se ha llegado a un punto en la educación en la que todo vale y nada cuesta, porque pasar de curso con asignaturas pendientes quiere decir que no cubre los estándares establecidos para la superación del mismo. Estas medidas hacen bajar muchísimo el nivel de nuestros jóvenes de cara al futuro en un mundo cada vez más complejo, tecnificado y competitivo. AGUSTÍN AZNAR SÁNCHEZ