La última temporada invernal en el Pirineo oscense se ha saldado con 63 operaciones de rescate, frente a las 84 de la campaña 2018/19, lo que supone un descenso del 25%. En total, entre el 1 de noviembre y el 30 de abril, la Guardia Civil de montaña tuvo que auxiliar a 93 personas, de las que cinco perdieron la vida, cuando en el ejercicio anterior fue necesario atender a 125 montañeros.
Estos son los principales datos del balance que han presentado este viernes la subdelegada del Gobierno en Huesca, Silvia Salazar, y los responsables de los grupos de rescate. Desde el Ejecutivo se ha apelado “a la responsabilidad de los ciudadanos para reducir los accidentes de montaña en nuestra provincia”, cuyos espacios naturales, una vez finalizado el estado de alarma y con la llegada del verano, comienzan a atraer a un número creciente de visitantes.
Aunque se había registrado un leve ascenso entre los meses de noviembre a febrero, la crisis sanitaria y la declaración del estado de alarma ha sido la principal causa de la caída final en el número de operaciones. Así, en los meses de marzo y abril tan solo tuvieron lugar cinco actuaciones.
El perfil de la persona rescatada durante la temporada invernal corresponde a un varón en el 79% de los casos, con una edad comprendida entre los 31 a 40 años (30,1%). En cuanto a tipología de las actividades que condujeron a la actuación, predomina el esquí de montaña (28%), senderismo (18%) y le siguen la progresión por terreno abrupto y la escalada en alta montaña, ambas con un 11%.
En cuanto a las consecuencias de los accidentes, de las 93 personas auxiliadas, 69 de ellas resultaron ilesas, 44 heridas y cinco fallecidas. De las cinco personas que perdieron la vida, solo uno de ellos lo fue como consecuencia de un accidente en montaña, siendo los otros cuatro por causas que nada tienen que ver con la actividad que se encontraban realizando.
