El confinamiento reduce los accidentes mortales en carretera un 27% en el primer semestre

El accidente ocurrido el 21 de febrero en Caspe es el más grave en las carreteras aragonesas desde febrero de 2005. Foto: Diputación de Zaragoza
photo_camera El accidente ocurrido el 21 de febrero en Caspe es el más grave en las carreteras aragonesas desde febrero de 2005. Foto: Diputación de Zaragoza

Los accidentes mortales en las carreteras aragonesas se han reducido un 27% durante el primer semestre del año. La declaración del estado de alarma, que trajo consigo el confinamiento de los ciudadanos y la prohibición de desplazarse entre provincias, especialmente en dos fechas con gran volumen de desplazamientos como la Semana Santa y el 1 de mayo, es la principal causa de esta reducción. En concreto, se han registrado 16 siniestros en los que hay que lamentar al menos un fallecimiento, por 22 del mismo periodo del año pasado.

Sin embargo, esta caída de los accidentes no se percibe en las cifras totales de víctimas. En este apartado, destaca por encima de todos el siniestro ocurrido el 21 de febrero en la A-230, a la altura de Caspe, cuando fallecieron tres personas en el acto y otras tres, que no aparecen en las estadísticas provisionales de la DGT, en fechas posteriores como consecuencia de las heridas sufridas. En la furgoneta viajaban ocho personas, de origen pakistaní, aunque residentes en Caspe, que se trasladaban a trabajar. Así, es el accidente más grave registrado en las carreteras aragonesas desde febrero de 2005, cuando otro choque frontal se cobró la vida de ocho personas en Jaca.

En total, han fallecido 23 personas en 16 siniestros. Además, también destaca el accidente que tuvo lugar el 21 de enero en Osera de Ebro, cuando una colisión frontal entre camiones dejó tres muertos en la N-II. El año pasado, en el mismo periodo, se contabilizaron 25 víctimas en 22 accidentes.

Hasta el 14 de marzo, día en el que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, declaró el estado de alarma, se registraban 16 víctimas en nueve accidentes, contabilizando ya el trágico suceso de Caspe. Entonces, la comparativa con el mismo periodo de 2019 dejaba más fallecidos (13), pero menos siniestros mortales (12).

Por provincias, las carreteras de Zaragoza acumulan 11 de los 16 accidentes, con 18 personas fallecidas. Le sigue Huesca, con cuatro víctimas en otros cuatro siniestros, y Teruel, con un accidente mortal en los seis primeros meses del año, en la TE-V-1008 a la altura de Santa Eulalia del Campo, ya en el mes de abril.

Según las vías, y sin contar la A-230 de Caspe, la carretera que se ha cobrado más vidas este semestre ha sido la N-II, con cinco fallecidos en tres accidentes en Osera de Ebro, con tres muertes, Alfajarín y Pina de Ebro. Este último tuvo lugar el 21 de abril y fue el primer siniestro mortal en vías interurbanas de Aragón durante el estado de alarma.