Los expertos abogan por dejar de fumar y vapear por el “alto riesgo de contagio”

Los expertos en tabaquismo consideran que fumar y vapear son “actividades de alto riesgo de contagio” de la Covid-19 y creen que la única forma de reducir los daños derivados de estas prácticas es no llevarlas a cabo.

Así lo defienden los médicos Joseba Zabala y Rodrigo Córdoba, que han elaborado el documento de consenso del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT) sobre cigarrillo electrónico titulado “Nuevos productos, nuevos problemas”, que ha sido presentado en el marco del X Congreso del CNPT.

Para Zabala, la evidencia “creciente” sobre la transmisión del virus a través de aerosoles obliga a valorar el “alto riesgo de transmisión del coronavirus durante la práctica de fumar y vapear” y a establecer “urgentemente” la prohibición de fumar en establecimientos de hostelería.

A su entender, el hecho de fumar y vapear, además de la emisión de aerosoles, suponen también la exhalación “forzada y proyectada” a distancia de un “importante volumen de aire a cara descubierta”, por lo que abogó por una hostelería “sin humos” como medida de control de la pandemia.

Por su parte, Córdoba puntualizó que la única forma de reducir los daños del consumo de tabaco es “dejar de fumar de forma completa y definitiva lo antes posible”.

A su entender, el cigarrillo electrónico es un producto “recreativo” y, en este sentido, recalcó que ninguna autoridad sanitaria europea lo reconoce como producto sanitario y ningún fabricante ha solicitado su homologación como producto terapéutico.

No ayudan a dejar el tabaco

El experto precisó que el 85% de los estudios sugiere que el cigarrillo electrónico no sirve para dejar de fumar y, muy al contrario, hay evidencia que apoya que los “e-cigs” “dificultan” la transición hacia la abstinencia completa de tabaco y son “menos eficaces” que los tratamientos convencionales para promover la cesación del tabaco y la nicotina.

“Si analizamos el conjunto de la evidencia, hay más datos que apuntan a que son una puerta de entrada que una puerta de salida del consumo de tabaco”, sentenció, al tiempo que estimó que su impacto a nivel comunitario resulta “irrelevante” y, en todo caso, pueden ayudar en la cesación de casos individuales, como ocurre con otros métodos “más o menos esotéricos como la hipnosis, la acupuntura o la homeopatía”.

En este punto, aseguró que el consumo de cigarrillos electrónicos “no ha demostrado reducir la prevalencia ni el consumo medio diario en los países donde más los usan los adultos”. “En el 60 a 90% de los casos hay un consumo dual, con lo que el daño no sólo no se reduce, sino que aumenta”, denunció, convencido de que el “e-cig” “no es la metadona del fumador”.

Ante este escenario, el profesor titular de Farmacología y Trastornos adictivos en la Facultad de Medicina de la Universidad de Cantabria, Francisco Javier Ayesta y la delegada del CNPT por la región de Murcia, Adelaida Lozano, explicaron que según la encuesta Estudes 2018, casi la mitad de estudiantes de 14 a 18 años han probado estos dispositivos y alertaron de que esta cifra se ha duplicado en los dos últimos años.

Aunque la mayoría de alumnos ya eran fumadores de tabaco y cannabis previamente, casi un 30% no consumían tabaco, lo que, según los expertos, “puede estar reflejando una nueva entrada al consumo de tabaco y a la adicción a la nicotina”.

Por ello, lamentaron que las “potentes” campañas de marketing social que están llevando a cabo las compañías de los cigarrillos electrónicos “están atrapando de nuevo a la población juvenil” a través de Instagram, YouTube, Tik Tok o Netflix o apoyándose en “influencers” para promover y promocionar el uso de los cigarrillos electrónicos.

Unas estrategias que, según su punto de vista, “hacen difícil no caer atrapados en sus artimañas”. “Han inundado ciudades de grandes carteles anunciando sus productos, con mensajes falsos sobre inocuidad, utilidad para dejar de fumar o reducción de daños”, criticaron, para rechazar que estas estrategias vuelvan a “normalizar” el consumo de productos relacionados con el tabaco y dificulten la consecución de una generación “libre de humo”.