La odisea de una joven zaragozana para volver a casa por Navidad

Leyre marchó a tierras británicas en enero y, desde entonces, no ha podido volver a casa ni ver físicamente a su familia
photo_camera Leyre marchó a tierras británicas en enero y, desde entonces, no ha podido volver a casa ni ver físicamente a su familia

Ocho meses de pandemia después, el Gobierno de España implantó a finales de noviembre la obligatoriedad de presentar una prueba PCR negativa a todos los viajeros que entren en territorio nacional. Una decisión que, de cara a Navidad, está suponiendo una auténtica odisea para todos aquellos españoles que viven, trabajan o estudian en el extranjero, y que, como cualquier ciudadano, desea pasar estas fiestas, quizá este año más que nunca, en casa.

Uno de estos casos es el de Leyre Vallés, una joven zaragozana licenciada en Magisterio Infantil, que ha sufrido toda la pandemia a 1.800 kilómetros de su casa, en York (Inglaterra). El 10 de enero, cuando pocos imaginaban el 2020 que se avecinaba, marchó a tierras británicas para mejorar su inglés, mientras trabaja como “au-pair”, ayudando al cuidado de unos niños en la vivienda que la acoge.

Sin poder ver físicamente a su familia, y tras dos intentos frustrados de viajar a Zaragoza en agosto y durante las Fiestas del Pilar, reservó el vuelo para el día 20 de diciembre, antes de conocer todas las obligaciones que se iban a implantar. “Hay una clínica donde la PCR cuesta 200 libras, una burrada, y dan los resultados entre 24 y 72 horas. Pagar 200 libras y no saber si te van a llegar no transmite buena confianza”, ha narrado.

Otra opción que ha contemplado es el autodiagnóstico, lo que prácticamente da por descartado, o acudir a unas farmacias donde realizan las pruebas de una forma más económica, pero surge otro problema. “Tiene que aparecer en el certificado el número de pasaporte, y no lo incluyen en todos los sitios”, ha explicado esta zaragozana. Una posibilidad más es desplazarse a Leeds o Mánchester, con el coste económico añadido que supondría.

Un problema que viene generado, además, porque las pruebas que realizan en su sistema público de salud no incluyen el pasaporte, y “solo lo hacen si tienes síntomas”. “Hay muchas opciones, pero tienes que cuadrar las fechas, las que pueden añadir el pasaporte, horarios, desplazamientos. Hay muchas variables y obstáculos que hay que encajar”, ha lamentado Leyre, que también se ha encontrado con las dudas en posibles cancelaciones de vuelos.

Para intentar encontrar una solución, su familia ya ha presentado una queja ante el Justicia de Aragón, que también ha recibido más consultas, y que ha trasladado ante el Defensor del Pueblo, con competencias en Asuntos Exteriores.

Precisamente, esta semana, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, anunciaba en su visita a Zaragoza que modificaba algunas de las obligaciones que debían presentar los viajeros que entren en España procedentes de países de riesgo. De esta forma, los menores de seis años quedaban eximidos de traer una prueba PCR negativa; el certificado podría venir en francés o alemán; y daba por buenas las pruebas TMA, basadas en análisis de plasma sanguíneo.