Las primeras inyecciones del Museo del Fuego se han suministrado este lunes

El primer día de vacunación en el Museo del Fuego ha generado gran expectación. Numerosas personas han acudido a inocularse su dosis de AstraZeneca al recibir la llamada y encontrarse en el rango de edad correspondiente. En los últimos días, esta vacuna ha generado polémica por causar la muerte a través de trombos, y el deseo de afectados era no encontrarse en ese grupo. “Confío en que no me van a tocar a mí”, señalaba María.

Hasta esta zona se desplazaban un total de 110 personas de la misma franja de edad, entre 60 y 65 años. Los motivos eran de lo más variados, desde que sus propios hijos les habían incitado a ir hasta la voluntad personal. Ese es el caso de Teresa y de Carlos, que han acudido porque les dieron cita. Además, ellos dos no temen en demasía la posibilidad de sufrir trombosis.

Quien parecía asumir a plena consciencia su rol en la sociedad era Marta. Ha ido con cierta preocupación por los últimos fallecimientos, pero con la idea clara de que “vacunarse es una obligación”. “Lo hago por todo el mundo, porque nos han dicho que es lo que tenemos que hacer. Los trombos están siendo casos raros y espero no ser yo”, sentenciaba.

El equipo de dirección del museo del Fuego ha trazado un recorrido independiente para que no se junten los vacunados y los visitantes. Carlos Gracia ha ejercido como portavoz del mismo, y explica que se ha habilitado el espacio en base a “colocar sillas que permanezcan cada dos metros”. En este lugar se colocan dos puntos de vacunación para reforzar el de la Puerta del Carmen.

La previsión es que dure tres meses, intercambiando los tipos de vacuna para llegar a un número superior de gente. “Empezamos con AstraZeneca y pasaremos pronto a Pfizer y Moderna. Cada día se citará al grupo de edad en función de la vacuna que se inyecte”, señalaba Alba Usón, enfermera del centro. También ha afirmado que ya no se vacunará en la iglesia del Carmen.

Más puestos de vacunación

También ha acudido el concejal delegado de Bomberos, Alfonso Mendoza, quien ha explicado que se trata de “un complemento para ser más ágiles”. A pesar de que también ha reiterado que el acuerdo es de tres meses, no tienen problema para que sean “cuatro, cinco o seis”.

De hecho, Zaragoza tiene previsto completar nuevos espacios. Ahora asoma la idea de hacer lo propio con el centro Laín Entralgo, pero “hay muchos en estudio”. Dependerá de lo que solicite el Gobierno de Aragón para sus necesidades.

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