La madurez en la adolescencia

Confieso que estoy empezando ahora a descubrir el trabajo de Ira Sachs a pesar de llevar un puñado de películas a sus espaldas. Judío y homosexual, califica “Keep the lights on”, el trabajo que le colocó en el punto de mira de la crítica, como una obra claramente autobiográfica, recogiendo la tormentosa historia de sexo y drogas de una pareja de jóvenes. En su siguiente film, “El amor es extraño”, abordaba el tema de las relaciones desde la perspectiva de una pareja madura que decide casarse y las consecuencias que su decisión tendrá a nivel laboral, social y personal, con complicados resultados a pesar de encontrarnos ya en pleno siglo XXI. Ahora nos llega su ultima película, alejada de la temática gay, pero ubicada en el siempre atractivo escenario de la ciudad de Nueva York.

Quizás la fascinación que produce este entorno haya sido la excusa para que la distribuidora española haya cambiado el título original por el de “Verano en Brooklyn”, máxima expresión de la falta de imaginación y la perspectiva comercial. El título genuino, “Little men”, algo así como “hombrecitos”, recoge mejor la esencia de esta historia de contrastes entre el mundo infantil y el adulto. Jake y Tony son dos chavales de 13 años que durante un verano inician su amistad cuando el primero se muda con su familia a un edificio de Brooklyn en cuyos bajos la madre de Tony, de origen chileno, regenta una tienda de ropa. Los asuntos personales y económicos de los progenitores salpicarán la buena amistad que ha nacido entre los jóvenes.

Típica película indie presentada en el Festival de Sundace de este 2016, su punto de partida es sencillo, incluso anodino, pero pronto va perfilando sus personajes, su entorno y sus objetivos, consiguiendo despertar el interés del espectador. La pureza de las relaciones que se establecen entre dos chavales que todavía no entienden de facturas, deudas o economías, se ve contaminada por los temas de mayores. Todo hay que contarlo y destaca el buen nivel cultural de los chicos que, aunque como sucede con la mayoría de la juventud, esta enganchada a los videojuegos, tienen sin embargo ambiciones artísticas pues Jake se inclina por el dibujo y Tony por la actuación.

El mundo idílico de los chicos choca con el de los mayores. La amistad como motor de su mundo no vale para los adultos que necesitan de trabajos y sueldos para funcionar. Como ya sucedía en “El amor es extraño”, las economías familiares condicionan la vida de los personajes, y aquí se acrecienta con la diversidad de pensamiento proveniente de países y entornos culturales distintos.

Ira Sachs junto a su coguionista Mauricio Zacharias recogen de nuevo el día a día, ese devenir de la vida que transcurre sin grandes eventos, y no busca culpables en los sucesos que acontecen. Para los chicos supone un suceso trascendente en su abandono de la infancia camino de la adolescencia. Para los adultos, un suceso también duro de asimilar y obligado a ejecutar por los condicionamientos sociales.

El equipo adulto del film está compuesto por rostros conocidos. Greg Kinnear, popular a raíz de su rol en “Mejor imposible” y Jennifer Ehle, presente en nuestra cartelera con “Historia de una pasión”, son los padre de Jake y la rama estadounidense del film. En la parte chilena Paulina García, actriz, directora y dramaturga, asume un papel más difícil, de entrada arisco y poco amable frente al buenrrollismo de los personajes americanos. Pero lo verdaderamente destacable viene de la parte infantil. Theo Taplitz como Jake y, sobre todo, Michael Barbieri como Tony, en sus debuts en la pantalla, suponen un soplo de aire fresco por la naturalidad de sus interpretaciones. Barbieri es un autentico descubrimiento, un actor lleno de fuerza y naturalidad, se desenvuelve ante las cámaras con soltura y seguridad, un chaval a seguir de cerca. No obstante lo veremos próximamente en el enésimo reboot de Spiderman.

Una amable historia pero con carga de profundidad que es un reflejo social al tiempo que una historia sobre la perdida de la inocencia en el entorno de una ciudad a la que siempre apetece regresar.

Texto: Luis Arrechea.

LO MEJOR: La clase de interpretación de Tony y su enfrentamiento con el profesor: ha nacido una estrella

LO PEOR: El poco papel de Alfred Molina.

VALORACIÓN:

Fotografía: 7

Banda Sonora: 6

Interpretación: 8

Dirección: 7,5

Guión: 7

Satisfacción: 7

NOTA FINAL: 7