Del enfado a la diversión

Lo primero que pensé al ver que una nueva película relacionada con King Kong llegaba a las carteleras fue que la voracidad por la realización de remakes no tenía límites. Si del 1933, cuando se estreno la película original de Merian C. Cooper y Ernest E. Schoedsack al 1976, fecha en la que llegó el remake de Guillermin con Jeff Bridges y Jessica Lange habían transcurrido 43 años, del 76 a la estupenda versión de Peter Jackson del 2005 ya sólo habían transcurrido 29, toda una vida si pensamos en los únicamente 12 años en traer de nuevo al gorila gigante a nuestras pantallas. Todo un ejemplo de voracidad de iconos cinematográficos. Conocer esto me echó francamente para atrás y posiblemente me afecto negativamente a la hora de verla.

En un primer visionado de la película de Jordan Charles Vogt-Roberts sentí que se me tomaba el pelo. Me dió la sensación de que el prometedor director (autor de ‘The kings of summer’ la cual pudimos ver en el Atlántida Film Fest de 2014 y en la que Vogt-Roberts muestra una cinta de aventuras veraniega y juvenil llena de ironía y sarcasmo y en la que dota a la fotografía paisajística de una crucial importancia) no hacía sino seguir los designios de una serie de productores con ganas de llenar sus bolsillos con una inane versión hipersaturada y repleta de rostros conocidos sobre explosiones y batallitas entorno a la Isla Calavera y su hijo favorito. Salí francamente molesto y de haber escrito este texto a continuación no habría dicho nada amable sobre ella.

Sin embargo y dado el moderado éxito que por norma general había tenido el film entre mis colegas me decidí a darle una nueva oportunidad. Probablemente de manera inmericida y a su vez sentando un precedente que el espíritu de otras películas vapuleadas por mi pluma podrían echarme en cara en otra vida. A pesar de ello corrí ese riesgo y lo hice. E hice bien. En el segundo visionado -en el primero seguramente no fui en las mejores condiciones al cine- pude disfrutar de lo que fundamentalmente es: un film lúdico que respeta mayoritariamente la idiosincrasia de la historia de King Kong y que sabe llevarse a su terreno, es decir al terreno de esta nueva franquicia conocida como ‘Monstruoverso’ de Legendary que emergió en 2014 con el Godzilla de Garth Edwards, continúa con este ‘Kong‘ y seguirá con más films con estos u otros monstruos.

Un film que utiliza la sátira y la ironía para deslizar una crítica sobre la pasión armamentística americana y donde la belicosidad y egocentrismo de algunos evita el dialogo y la comprensión de un fin mayor. ‘Kong’ resulta un film que posee escenas de gran virtuosismo -sobre todo aquella de los helicópteros y Kong de fondo- y en la que se nos muestra un personaje de gran corazón a pesar de su fiereza y que, al fin, la población colindante debe su existencia al imponerse sobre otras especies (algo que ya vimos en ‘Godzilla’). El reparto está excesivo en su mayor parte y explota el juego cómico que aporta John C. Reilly con la limitación del personaje de Samuel L. Jackson o la gran complicidad mostrada entre la pareja de guapos: Tom Hiddlestone y la oscarizada Brie Larson.

En definitiva un film que engrana dentro de este multiverso creado, de gran vistosidad en la gran pantalla y al que se apuntan actores de primera plana gracias a su atractivo global y financiero. Distraída sin duda.

Texto: Alfonso Asín.

Lo mejor: El colorido. Brie Larson aún con el piloto automático es una gran actriz. El reparto en general.

Lo peor: Algún diálogo es francamente para llorar. Algún CGI es exagerado.

VALORACIÓN:

Banda sonora: 6

Fotografía: 7

Interpretación: 6

Dirección: 6

Guion: 5

Satisfacción: 6

NOTA FINAL: 6