'Alien: Covenant': Acción espacial alejada del mito

El fenómeno fan existente detrás de la primigenia e icónica cinta de terror creada por Ridley Scott en 1979 y que tan brillantemente continuó James Cameron, andaba con cierto temor sobre lo que ‘Alien: Covenant‘ podría atesorar en sus más de 120 minutos. Máxime tras la decepción que para la gran mayoría supuso la primera parte de la trilogía o tetralogía (Scott rebeló que tenía material para dos films más) que conforma la precuela de su masterpiece, aunque, ¿Era tan mala Prometheus? No me lo parece.

Alien:Covenant‘ nos presenta de nuevo en manos de su creador original (concepto apropiado teniendo en cuanta la base de Prometheus sobre la búsqueda de los Ingenieros) un film vigoroso, pleno de acción y entretenimiento para los fans. Un film en el que se recupera la presencia del xenomorfo tan amado y temido, y en el que irremediablemente el protagonismo cae en la figura de un Michael Fassbender inconmensurable, se mire por donde se mire. Un film que satisfará durante su visionado pero que caerá en incongruencias -muchas- a medida que el espectador la repose y la medite. El film continúa la linea argumental iniciada en Prometheus, aunque en mi opinión de una manera inmerecidamente injusta hacia la figura de Elizabeth Saw (Noomi Rapace)-, gran protagonista del film junto al propio Fassbender- y repitiendo un error ya visto en la saga: ese que contemplamos en Alien3 y su trato hacia el personaje del recientemente fallecido Bill Paxton. La música, obra en esta ocasión de Jed Kurzel (‘Assassin’s Creed’ o ‘Macbeth’), mezcla piezas de nueva creación de su autor con otras donde se utilizan las populares melodías que Jerry Goldsmith y James Horner compusieron para las dos primeras. Es decir, vemos como Ridley Scott ha pretendido traer a ‘Alien: Covenant‘ las mayores referencias tanto visuales como musicales de su film original (por no hablar del tremendo y casi bochornoso parecido que se pretende entre la protagonista del film, Katherine Waterstone con la magnética Sigourney Weaver del 79, camiseta y pelo incluidos).

La historia comienza de manera francamente interesante: una secuencia preludio a modo de flashback de unos 6 minutos de duración en la que contemplamos una conversación entre Peter Weyland (ya saben, el excéntrico millonario con ínfulas de Dios interpretado por Guy Pearce) y el recién creado droide David (Fassbender). Una escena premonitoria y de gran poder filosófico que nos abre el apetito -casi demasiado- para lo que después nos sobrevendrá.

La acción transcurre en el 2104 (recuerden: ‘Prometheus’ transcurría entre 2089 y 2094), año en el que la nace colonial Covenant se desplaza por el espacio con destino Origae-6. Con 2000 colonos y 1400 embriones abordo, la nave viaja apaciblemente en hipersueño bajo la supervisión de Walter, otro droide de la Corporación Wayland (intepretado también por Michael Fassbender). Sin embargo y tras un incidente grave con una onda de radiación neutrónica la tripulación se ve obligada a despertar tras numerosas bajas. Con la pertinente presentación de los personajes que con mayor o menor peso nos acompañarán en ‘Alien: Covenant‘ la nave decide variar su rumbo tras la recepción de una extraña señal de origen desconocido. Todo lo que de aquí en adelante sucede lo deberán de descubrir ustedes acudiendo a las salas sabiendo que no van a ver un gran film pero que sí entretendrá lo suficiente.

Para terminar decir que en esta última entrega del universo Alien comprenderán algo más del origen de los populares xenomorfos, todo ello dentro de un film que habla sobre la capacidad de creación y la curiosidad sobre los orígenes, de los sacrificios e irresponsabilidades tan humanas en situaciones de máximo riesgo y, lamentablemente, del aspecto empobrecido de un neonato digital a años luz de las maquetas de antaño. Interpretativamente el film está dominado por Michael Fassbender. Él sólo se merienda en film en un interesante personaje doble con supuesto giro final muy previsible. En cuanto al resto del cast, destacar a una emergente Katherine Waterston -sin duda su apuesta arriesgada en la última de Paul Thomas Anderson le ha salida perfecta- en su particular imitación de Ripley, lo anodino del personaje del mexicano Demián Bichir y la breve -inicialmente era más prolongada pero la tijera se llevó sus minutos en pantalla- aparición de James Franco. Danny McBride, Carmen Ejogo y Billy Crudup pasaban por allí. Lamentablemente, Noomi Rapace, también.

Por cierto que han aparecido dos cortos previos a “Alien: Covenant” que recomiendo visionar antes de ver la película y que aquí enlazo:

Texto: Alfonso Asín.

Lo mejor: Michael Fassbender. La banda sonora.

Lo peor: El xenomorfo digital. Las incomprensibles tomas de decisiones de los personajes en un guion (de Dante Harper y John Logan) que hace aguas.

Valoración:

Banda sonora: 8

Fotografía: 7,5

Interpretación: 7

Dirección: 6

Guion: 4

Satisfacción: 5

NOTA FINAL: 6,25