'Cars 3': Rayo Mcqueen, lejos del desguace

A principios de la década de los 90 estaba claro que la irrupción del ordenador en la creación de películas no iba quedar en una simple anécdota. James Cameron en “Abyss” y, sobre todo, en “Terminator 2: el día del juicio” dejaba constancia de las posibilidades que ofrecía en materia de efectos especiales. La revolución la supuso dos años después Steven Spielberg y sus dinosaurios de “Jurassic Park”. Incluso Disney introducía el uso del ordenador en la escena del baile de “La bella y la bestia” aunque seguía fiel a la confección de películas mediante la técnica de la animación tradicional. En esos años yo recuerdo haber visto un reportaje en TV en el que afirmaban que, en el futuro, se podría resucitar a los actores para la pantalla ( que se lo digan a Peter Cushing) e ilustraban el tema con la escena de la escalera de Odessa de “El acorazado Potemkin” en donde soldados y civiles se mezclaban con personajes actuales insertados en la imagen por ordenador. Yo me llevaba las manos a la cabeza y vaticinaba el Apocalipsis por el mal uso de las nuevas tecnologías.

Pero en 1995 llega Pixar y “Toy Story”, la primera película de animación íntegramente realizada por ordenador. A ella siguieron Toy Story 2, Los increíbles, Buscando a Nemo, Up o Wall-E, títulos caracterizados por dos cosas: un progresivo avance en el campo digital, buscando el realismo, y unos guiones con historias que gustaban a niños y mayores, logrando transmitir emociones, mensajes y trascender al simple divertimiento. Algunos de sus títulos se convirtieron en obras maestras y superaban en calidad incluso a los protagonizados por personajes de carne y hueso.

Ahora es cuando vienen los palos. La excepción en este nutrido grupo de grandes películas lo constituyó Cars. Un film con una recaudación decente y una calidad correcta pero mediocre entre tanta joya. Posteriormente llegó Cars 2, Pixar parecía que se tomaba un descanso en su esfuerzo creativo y comenzaba a apostar por lo fácil, las secuelas. Lo que no podíamos imaginar es que fueran a por una tercera. Mientras la saga Toy Story ha ido creciendo en calidad y recaudación, Cars ha ido en descenso en ambos conceptos. Parece ser que a Pixar una recaudación mediocre ( ninguno de sus títulos baja de los 100 millones de dolares) no le importa pues el merchandising que genera los productos derivados de Cars está por encima de lo que recaude la película a nivel mundial.

Dejando las cifras a un lado, ¿que ofrece de nuevo esta tercera entrega?. Pues nada. Si la primera era un western, y la segunda se inspiraba en las películas de James Bond, ésta tiene unas aspiraciones mas modestas. Básicamente nos habla del enfrentamiento/convivencia entre lo viejo y lo nuevo, los métodos clásicos y las tecnologías modernas, la veteranía y la arrogancia de la juventud. Los numerosos guionistas de este titulo (Kiel Murray, Bob Peterson, Mike Rich según una historia de Brian Fee, Ben Queen, Eyal Podell, Jonathon E. Stewart) intentan plasmar el respeto que ha de tenerse a las canas por parte de los jóvenes pero reconociendo su fuerza e ímpetu. También conocer los limites de cada uno, saber cuando uno ha de retirarse con cierta dignidad. Y por supuesto, habla de la realización de los sueños por unos y otros.

Aunque son loables las intenciones de transmitir un mensaje de conciliación, se echa de menos unas mayor dosis de humor. Los personajes secundarios, encargados de esta función, son poco divertidos, y los gags que hay son demasiado infantiles por lo que el publico adulto no llega a conectar ni con la trama ni con los personajes. Por otro lado, merece la pena destacar que un personaje importante, Cruz, la joven entrenadora de un Rayo Mcqueen obligado a reciclarse, es de origen latino, lo cual es positivo por la imagen de integración que ofrece de los hispanos en Estados Unidos.

Por supuesto nada que objetar en el aspecto técnico. Visualmente las escenas de acción son espectaculares, el uso del sonido mezclado con las carreras de coches hacen que merezca la pena verla en pantalla grande. Aunque también las escenas de carretera con esa América que parece sacada de un film de John Ford son dignas de mención pues parecen fotografías reales.

Brian Fee debuta en la dirección con esta film después de trabajar en el departamento artístico en otros productos de Disney y Pixar. Al frente del personaje de Rayo sigue Owen Wilson mientras que la desconocida Cristela Alonzo es la entrenadora Cruz Alonso. Chris Cooper, Armie Hammer, Tony Shaloub y un recuperado Paul Newman que incorporó a Doc Hudson en la primera entrega, son algunos de los actores que podemos escuchar en la versión original. Randy Newman se hace cargo una vez mas y de manera eficaz de la banda sonora como ya hizo en los anteriores títulos.

Para mi Cars 3 es una película absolutamente prescindible, realizada por una razón unicamente comercial y no artística, muestra de la deriva incierta que ha seguido Pixar en los últimos años después de unos inicios de quitarse el sombrero. Un film de buena factura técnica, loables intenciones, pero aburrida y mediocre, que gustara a los niños aficionados a las carreras y dejara indiferente al resto.

Texto: Luis Arrechea.

LO MEJOR: El corto “Lou” que precede a la película, chapeu!

LO PEOR: La falta de entidad del film. Sus escasas dosis de humor.

VALORACIÓN:

Fotografía: 7

Banda Sonora: 6

Interpretaciones: 6

Dirección: 6

Guión: 5

Satisfacción: 5

NOTA FINAL: 5,8