'Una mujer fantástica': Sola frente al mundo

Hay una tendencia general en los espectadores que visionan una película en ponerse siempre del lado del débil, del perdedor, de aquél que se encuentra en inferioridad de condiciones. En las pelis de atracos nos gusta que los robos salgan bien, los ladrones huyan con su botín y la Policía quede en ridículo. En las pelis de fugas carcelarias nos encantan que los presos huyan del presidio, eso si, después de haber urdido y ejecutado un plan de fuga imposible. Pero a veces hemos de ubicarnos en la vida real e intentar ponernos en el otro lado, como si el suceso nos pudiera pasar a nosotros. Y este ejercicio lo he practicado mientras veía y disfrutaba esta interesante película chilena.

Una mujer fantástica nos cuenta la historia de Orlando y Marina, una pareja enamorada que viven juntos y que atraviesan su mejor momento. De pronto, en cuestión de segundos, todo cambia cuando él muere. El mundo de Marina cambia radicalmente. Al dolor de superar la perdida de un ser querido tendrá que añadir el enfrentamiento con múltiples frentes. Porque Marina no es, todavía no es una persona ordinaria. Es una mujer transexual que tendrá que lidiar con la familia de su pareja y las autoridades en estos momentos tan dolorosos.

Aunque el espectador que contempla esta historia se posiciona junto a Marina, yo intente también ponerme en el lado de la familia y entender su reacción. Y es que hay que ser realista. Queda mucho en esta sociedad por avanzar en la aceptación de la transexualidad. Si casi no sabemos convivir con personas que no tienen nuestro color de piel, menos podemos hacerlo con personas de las que no entendemos por qué toman estas decisiones drásticas. Ni siquiera el corrector ortográfico de mi ordenador conoce la palabra “Transexual” y lo sustituye por “Transversal”. Se piensa de ellas que tienen problemas mentales, que actúan por vicio, que todos se dedican al espectáculo o a la prostitución, e ignoran que la mayoría rehace su vida en ocupaciones cotidianas. Desgraciadamente en una sociedad tan consumista e insolidiaria y con gobiernos reaccionarios que apoyan poco estas políticas, el camino es arduo y en ocasiones retrocedemos mas que avanzamos.

Una mujer fantástica habla de la Dignidad de una mujer que solo quiere que le dejen despedirse de su pareja. De pronto se encuentra desprotegida frente a una jauría de seres cubiertos por una ligera patina de civilización ( todas las personas que se le acercan son muy educadas y aparentemente respetuosas, en principio) que rápidamente le muestran, incluso con rabia, su superioridad, su desprecio y su deseo de hacerla desaparecer. Su condicion transexual la coloca inmediatamente en tela de juicio. La sombra de la perversión, las drogas, la violencia de genero o la ambición económica la sobrevuelan y se verá inmersa en situaciones humillantes. Marina deberá ponerse una coraza para defender sus derechos y los días siguientes serán reveladores para ella. El puching ball que cuelga en una habitación de su casa y con el que se entrena le servirá para defenderse de la embestidas que recibe. Hay una escena muy simbólica en la que avanza por una calle mientras un huracán intenta impedir que se desplace, y casi lo consigue.

Pero la película habla también de la Soledad a la que se enfrenta quien pierde a su pareja. En este sentido, merece destacar la excelente interpretación de Daniela Vega, que afronta su papel al margen de los tópicos con los que el Cine ha plasmado a las personas transexuales. Lejos del histrionismo o de su rol cómico ( recordemos a la maravillosa Antonia San Juan de “Todo sobre mi madre”, por ejemplo), la actriz hace de la contención expresiva su sello. Marina mantiene el tipo en todo momento y transmite con gran economía gestual sus estados emocionales. Sola en su soledad será cuando se deje llevar por la angustia de lo que esta viviendo.

En la producción del film se encuentra quien es el director chileno mas conocido en los últimos tiempos, Pablo Larrain, que acaba de dar su salto a Hollywood con “Jackie” pero que en sus anteriores producciones en su país natal contó con alguno de los actores que aparecen en “Una mujer fantástica”. Así por ejemplo, Luis Gnecco, que encarna a Gabo, el hermano del fallecido, fue el protagonista de “Neruda” mientras que Antonia Zegers, que aquí interpreta a Alessandra, fue una de los miembros de “El club”.

El emergente director Sebastián Leio prosigue su retrato de mujer poderosas. Si en “Gloria”, la protagonista no se resignaba a una vejez solitaria y buscaba nuevas opciones vitales, en “Una mujer fantástica” Marina Vidal defiende su derecho al duelo y da un golpe sobre la mesa ( mas concretamente, un golpe sobre el capó de un coche), siendo coherente con su pensamiento y valiente en su comportamiento.

La banda sonora firmada por Benjamín Echazarreta se completa con canciones cuya inclusión en el film no son gratuitas sino que permiten avanzar la historia y complementar las imágenes que vemos. De esta manera, escuchamos tanto boleros sentidos como Arias de Opera que implican una autentica trasformación para Marina asi como el “Natural Woman” de Aretha Franklin, verdadero himno que reivindica la relación sentimental de Marina y Orlando.

Una mujer fantástica es una película necesaria que no se queda en el mero plano reivindicativo de la dignidad de las personas transgenero y de la necesidad de normalizacion de su situación en la sociedad sino que se complementa como un sentido melodrama sobre el abismo que se abre ante nuestros pies cuando perdemos a un ser querido. Muy recomendable.

Texto: Luis Arrechea.

LO MEJOR: La presencia de Daniela Vega: Su mirada lo dice todo.

LO PEOR: Algún personaje secundario resulta un tanto exagerado.

VALORACIÓN:

Fotografía: 7

Banda Sonora: 7,5

Interpretaciones : 8

Dirección: 7

Guión: 7

Satisfacción: 7

NOTA FINAL: 7,25