'The Florida Project': La ironía de la vida

Un niño corre por una calzada despejada camino de un edificio de apartamentos gritando el nombre de sus dos amigos como si la vida dependiera de ello ‘¡Moonee, Scotty!’, aparentemente desesperado, realmente ansioso de dar buenas nuevas: han llegado unos nuevos vecinos al edificio contiguo denominado ‘The Future’. Los dos niños inmediatamente abandonan su escondrijo de color violeta -como todo el edificio- para seguir a su amigo. Segundos después comienza a sonar uno de los temas más populares de la mítica banda de r&b, Kool & the Gang: ‘Celebration’ como obertura. Alegría, celebración y emoción. Sentimientos veraniegos de un reducido grupo de niños en un par de bloques de apartamentos de bajo nivel construidos a la sombra de ‘DisneyWorld’, originariamente en fase 1 llamado ‘The Florida Project’.

Perfecto preámbulo para contextualizar lo que a partir de entonces veremos en este último proyecto del sugerente y socialmente activo Sean Baker, niño prodigio del universo indie norteamericano que saltó a la fama fuera de Estados Unidos en 2015 con su novedosa ‘Tangerine’, recuerden grabada íntegramente con su iPhone 5S. Baker abandonará la precariedad técnica del móvil para filmar en 35mm y así ampliar el espectro y el campo de visión. En dicho campo contemplaremos, bajo los ojos de Moonee (una deslumbrante Brooklyn Prince) y sus amigos, cómo la felicidad y abstracción que genera el desconocimiento pueden provocar momentos de diversión, inmadurez propia de la edad, ingenio. En definitiva una burbuja infantilizada gracias a la cual poder sobrevivir a una realidad muy diferente convulsa, la de la precariedad, la de la supervivencia de familias desestructuradas y con problemas que utilizan los pequeños apartamentos del colorido Motel -originariamente destinado para estancias breves- como residencia permanente en contra de las normas y para evitar la indigencia. Un contraste con el que Baker ha querido reflejar la vertiente tenebrosa del sueño americano, el lado oscuro de la luna que se encuentra tan cerca y tan invisible a las instituciones que como mínimo aterra. Un retrato social amargo, perverso, simpático en la precariedad, absorto ante la pasividad del acomodado americano medio.

El film muestra cómo Halley (Bria Vinaite), una joven desencantada de 22 años que resulta ser la madre de la espabilada Moonee, ha de sobrevivir gracias a pequeños urtos, drogas, ayudas o ventas de falsos perfumes a las puertas de los hoteles de lujo. Una realidad dura que Sean Baker combina con las diferentes situaciones de rebeldía que muestran los pequeños vecinos de dicha comunidad de bajo, bajísimo standing. Como eje de la narración y alma del bloque Sean Baker ha contado con una presencia de lujo, la de Willen Dafoe como Bobby Hicks, encargado de la gestión del bloque y que protegerá y a la vez tratará de controlar que nada se desmadre dentro de ese pequeño microuniverso.

La película desprende naturalidad por todos sus poros. La utilización de actores y actrices -logicamente a excepción de Dafoe- mayoritariamente desconocidos o amateurs ha facilitado esa sensación en el espectador, apoyado además en sus sorprendentes interpretaciones. Dafoe, un luchador e intérprete heterodoxo, ha logrado con este personaje su tercera nominación al Oscar tras las alcanzadas por ‘Platoon’ en 1986 y la más reciente en ‘La sombra del vampiro’ (2000). Un actor que enriquece los films donde aparece y que aporta su talento y camaleónico trabajo tanto en Europa como en Estados Unidos en proyectos de bajo presupuesto o de mastodóntica capacidad. No obstante y a pesar de su nominación el film no brilla únicamente gracias a el. Ojo y ruego presten atención a la capacidad interpretativa de esa pequeña de seis años llamada Brooklyn Prince, cómo desborda con esa sinceridad, ese desparpajo y como alcanza el cénit con una secuencia final que a punto estuvo de hacer brotar las lágrimas emocionadas de mi rostro. Tan gigante como pequeña actriz que no ha parado de recibir halagos durante la carrera de premios llegando incluso a vencer Critics Choice Awards en la categoría de mejor actor joven por delante de Dafne Keen (‘Logan’), Millicent Simmonds (‘Wonderstruck’) o Jacob Tremblay (‘Wonder’). También perfecta encuentro a Bria Vinaite (descubierta gracias a Instagram) en un papel complicado, nada amable, alocado e irresponsable, fiel reflejo de una parte de la sociedad desencantada con su realidad que a ritmo de martilleante música rap da la espalda a las reglas establecidas. Todo un golpe de realidad en la América presidida por un multimillonario en su castillo dorado.

The Florida Project‘ posee multitud de factores que hacen de ella un film con empaque, de denuncia social, de evocadora crudeza; un film que me llamó poderosamente la atención por la capacidad de contar y de reflejar algo que está sucediendo a espaldas de una sociedad como la americana, una realidad compleja mostrada con habilidad por Sean Baker gracias al brillante guion que el propio Baker coescribió con Chris Bergoch y de la inteligente utilización de escenarios, tan coloridos como decrépitos, y sobre todo la ironía que ofrece la ubicación de estos guetos: tan cerca de uno de los lugares de mayor glamour y coste del planeta, Disneyworld.

Texto: Alfonso Asín.

LO MEJOR: Las interpretaciones del trío protagonista. El brillante y emotivo desenlace.

LO PEOR: Que estos lugares sean reales.

VALORACIÓN:

Banda sonora: 7

Fotografía: 8

Interpretación: 9

Guión: 7

Dirección: 8,5

Satisfacción: 8

NOTA FINAL: 7,9