“Un sol interior”: Retrato de mujer con la edad al fondo

En “Algo para recordar” (1993), prototipo y paradigma de la comedia romántica hecha en Hollywood en los años 90, un compañero de trabajo le comenta a Annie Reed, la protagonista, que estadísticamente “es más fácil que te mate un terrorista, que encontrar pareja a partir de los cuarenta”. Cuando el personaje interpretado por Meg Ryan rechaza la veracidad/realidad de esa afirmación, su amiga Becky (Rosie O’Donnell) le contesta que esa estadística no es real, pero que se siente como cierta. Éste es el sentimiento que le invade a Isabelle (Juliette Binoche), una artista parisina, divorciada, que va “dando tumbos”, sentimentalmente hablando, de relación en relación, sin llegar a disfrutar de una vida amorosa estable. Con cada relación que se rompe esta mujer, además de sufrir la pérdida emocional que ello supone, tiene la sensación de que va a ser más difícil encontrar el amor de su vida. Tal es el argumento de “Un sol interior”, película de la realizadora francesa Claire Denis que llega nuestras pantallas cinco años después de su último trabajo, “Los canallas” (2013). Aunque la historia que nos cuenta pueda parecer aparentemente sencilla, en su interior encontramos los debates internos, las dudas y los miedos a los que se enfrentan muchas personas en nuestra sociedad. La neurosis que padece Isabelle ni es algo nuevo ni ajeno a la realidad que vivimos. Este trastorno y las alteraciones emocionales que llevan aparejadas son, además, un tema recurrente en el cine, si bien con un tratamiento más ligero, más superficial. De hecho estamos ante una película que se podría haber hecho en clave de comedia, y que tiene algún momento que se puede clasificar como tal, gracias a la interpretación de la Binoche, que alcanza un punto de ambigüedad tal que en ocasiones camina sobre el delgado filo de la risa/llanto.

Presentada en el Festival de Cannes de 2017 en la Quincena de Realizadores, se alzó con el premio de la Sociedad de Autores y Compositores Dramáticos (el equivalente francés a nuestra SGAE) ex aqueo con “L’amant d’un jour” de Philip Garrel, y su actriz protagonista, Juliette Binoche ha sido candidata en esta categoría en los Premios del Cine Europeo y en los César del país vecino. Su prodigioso trabajo interpretativo permite construir un personaje que, de cara al exterior, da una imagen de mujer resuelta, fuerte y decidida, pero que esconde en su interior una fragilidad que se revela en sus contradictorias relaciones con los hombres. Estructurada narrativamente en varios segmentos que coinciden con otras tantas historias amorosas de la protagonista, éstas se van sucediendo sin dejar un intervalo o una pausa entre ellas, como el fumador compulsivo enciende un cigarrillo con los restos del que está apagando en el cenicero o quien pide una cerveza sin terminar de acabarse la que tiene entre las manos. Y es que, el amor tal y como lo describen Christine Angot y la propia Claire Denis en el guión de “Un sol interior”, es una droga, un sentimiento adictivo al que no puedes renunciar libremente. Sólo la luz y la luminosidad que desprende la genial intérprete francesa permiten vislumbrar la esperanza de encontrar un sentido a esa búsqueda incesante del amor.

Conscientemente Claire Denis da al espectador pocas pistas acerca de la faceta artística de la protagonista o de su vida familiar. Con la excepción de los personajes relacionados con el galerismo y alguna escena en la que vemos empezar a trabajar sobre una tela, el espectador no sabe nada sobre la obra artística de Isabelle, no se le permite echar una ojeada sobre sus lienzos. También resulta sorprendente la escasa relevancia de su papel como madre, al que se hace referencia de pasada y en algún breve plano en el que aparece su hija. La directora francesa quiere centrarse exclusivamente en las relaciones amorosas de su protagonista, tratándolas cada una de ellas con un inicio, planteamiento y final dentro de esa estructura a la que hacía referencia anteriormente, e incluyendo un epílogo que podría funcionar como prólogo indistintamente. Quizás esto se deba también al peculiar origen del proyecto. La idea inicial de Claire Denis y Christine Angot era la de adaptar “Fragmentos del discurso amoroso”, un ensayo de Roland Barthes, un semiólogo francés, aunque finalmente optaron por escribir un guión original, incorporando su propias ideas sobre las relaciones amorosas.

La directora francesa rueda con una personalidad y tratamiento distintos cada uno de los episodios románticos de Isabelle, planificando cada uno de ellos de manera diferente, reflejando la situación por la que atraviesa el personaje interpretado por Juliette Binoche. En su devenir sentimental tiene también gran relevancia la música, como revela la presencia de Etta James y la banda sonora compuesta por Stuart Staples, líder de los “Tindersticks”, que apunta a esa triste y melancólica sensación que nos deja un buen tema de jazz, y que comparte con el ánimo de la protagonista durante buena parte del relato.

Junto a intérpretes franceses menos conocidos del público español como Xavier Beauvois (“De dioses y hombres”), Josiane Balasko (“Felpudo maldito”) o Sandrine Dumas (“La doble vida de Verónica”), Claire Denis ha contado con la participación, en un breve papel, de Gérard Depardieu y Valeria Bruni Tedeschi (ésta última más bien en un cameo). Pero todos ellos se ven eclipsados por la omnipresente figura de Juliette Binoche que, a sus virtudes como actriz (probablemente la más icónica y popular de las intérpretes femeninas francesas en activo), une la belleza de una madurez que no le ha restado encantos. Su mirada y su sonrisa son los auténticos “soles”, los astros alrededor de los que gira una película que aúna la capacidad del cine francés de hablar de sentimientos sin resultar cursi y una visión onírica de las pasiones humanas heredera del mejor Buñuel.

Texto: Alberto Garrido.

LO MEJOR: Juliette Binoche

LO PEOR: Algunos diálogos, aislados del contexto en el que se pronuncian, pueden sonar pedantes.

VALORACIÓN:

Banda sonora: 7

Fotografía: 7

Guión: 7

Dirección: 8

Interpretación: 8

Satisfacción: 7

NOTA FINAL: 7,33