«Infiltrado en Miami»: Añorando a Alex Foley

Intocable, el gran éxito de Oliver Nakache y Eric Toledano, fue todo un bombazo, un film que conectó con el público al nivel de como lo harían también Ocho apellidos vascos o Bohemian Rapsody. Títulos todos ellos que, sin ser obras maestras y con una calidad simplemente correcta, tocaron la fibra del público y ello repercutió en beneficio de sus protagonistas. Francois Cluzet ya era un gran actor, no había nada por descubrir, y continuo con su prolífica carrera. La revelación fue Omar Sy, que, aparte de llevarse un Cesar, comenzó a raíz de Intocable una carrera como protagonista en títulos de dudosa calidad y participando incluso en superproducciones de Hollywood. Hace tiempo que me desconecté de sus trabajos en los que reproduce el papel que le había dado tantos premios. Tanto es así que en una cartelera que cada semana trae una media de 10 títulos a nuestras pantallas, Infiltrado en Miami ocupaba el ultimo lugar de mis preferencias. Pero en Habladecine estamos a las duras y a las maduras y a todos nos toca sacar la basura de vez en cuando.

Reconozco mi predisposición a que no me gustase esta película, a veces resulta beneficioso porque puede ocurrir que, en última instancia, el producto no sea tan malo. Pero éste no es el caso.

Baaba vive en el distrito parisiense de Belleville, trabaja en la Policía y está especializado en carteristas. Convive con su posesiva madre adoptiva y ello provoca que su relación con su pareja no atraviese por su mejor momento. Con motivo del asesinato de un amigo de la infancia implicado en una oscura trama de drogas, volará hasta Miami para investigar su muerte.

Varias películas vienen a la cabeza cuando uno se enfrenta a este titulo. La idea de un detective de color, charlatán, que emplea métodos no muy ortodoxos, trae a la memoria el clásico de los Ochenta Superdetective en Hollywood ( cualquiera de las secuelas de esta saga es una obra maestra en comparación con ésta). Y la combinación Policía de color francés con policía hispano recuerda títulos como Arma Letal y todas las películas de parejas de investigadores que se han hecho en los últimos 30 años. En este caso se quiere primar la comedia dentro de un argumento de thriller y ninguna de las dos sale bien parada.

En ningún momento la película roba al espectador una carcajada ni siquiera una sonrisa. La relación madre e hijo, que podría ser la parte más disparatada, es correcta gracias al personaje encarnado por la actriz argelina Biyouna, que puede ser lo más estimulante de la historia. Porque la relación entre la pareja de policía, basada, desde luego, en los tópicos de la oposición, el enfrentamiento de estilos y en el rechazo inicial que conduce a la amistad, no tiene ni pizca de gracia. Incluso un veterano como el portorriqueño Luis Guzmán parece descolocado en esta vulgaridad que hemos visto en muchas otras ocasiones y todas mejores.

Se puede rascar y mencionar cosas positivas, desde luego. Una de ellas es la multiculturalidad que ofrece una historia que pone en contacto a franceses con americanos, chinos, árabes, hispanos o africanos. Eso si, todos hablando en francés en la mayor parte del film.

Por lo que se refiere a la trama policíaca, la investigación del tráfico de drogas es una excusa para situar la historia a caballo entre París y Miami y, de paso, obsequiar al espectador con unas cuantas tomas aéreas de la ciudad, el lujo, las chicas guapas en bikinis, todo con un estilo muy ochentero que recuerda a la serie “Corrupción en Miami”. Y dicha trama en la que todo es simple y se ve venir, no se beneficia de secuencias de acción muy trabajadas, y en clímax final es decepcionante. Ademas, la historia esta dirigida a que el protagonista, Omar Sy, haga sus numeritos, como en la escena de la discoteca. Se trata de dar al público lo que espera.

Lo más curioso es que un director tan, digamos, serio como Rachid Bouchared, autor de trabajos como Little Senegal, London River o Days of Glory, haya perpetrado este título en el que aparece, no solo como director, sino como coguionista junto a Larry Gross y Marion Doussot. Entre los tres han creado un producto de lucimiento que no funciona ni como comedia ni como policíaco.

No puedo encontrar un solo motivo para recomendar este engendro, como no sea para fans incondicionales de Omar Sy. Al menos hay que agradecerle que su personaje no esté descontrolado ni sea irritante, pero el entorno que le rodea es tan mediocre, los personajes están tan poco trabajados, la trama la hemos visto mil veces, los malos no tienen entidad, y los buenos no atraen las simpatías del espectador. Y paro aquí porque no merece la pena dedicarle mas lineas a algo que no da más de si.

TEXTO: Luis Arrechea.

LO MEJOR: El personaje de la madre de Baaba.

LO PEOR: Todo lo demás.

VALORACIÓN:

Fotografía: 5

Banda Sonora: 5

Interpretaciones : 5

Dirección: 4

Guión: 3

Satisfacción: 3

NOTA FINAL: 4,17