Resulta complicado criticar una película cuyos personajes son los preferidos de tus hijas porque su primera parte es, junto con “Love actually”, la película de sus (de momento), cortas vidas. En 2013, Elisa y Ana (que así es como se llaman mis hijas y ya se pueden empezar a hacer una idea) contemplaron emocionadas la historia de estas dos hermanas de nombre muy parecido (Elsa y Anna) que protagonizaban la adaptación libre del cuento de Hans Christian Andersen, “La reina de las nieves”. La hermana pequeña, Anna, inicia un épico viaje junto al montañero Kristoff, el reno Sven y el muñeco de nieve Olaf para buscar a su hermana Elsa, Reina de las Nieves, y poner así fin al hechizo que había condenado a su reino a vivir un invierno eterno. La película consiguió dos oscars: el de mejor película de animación y el de mejor canción original para la ya mítica “Let it go” de Idina Menzel que también interpretó Demi Lovato.
Durante mucho tiempo se sostuvo la tesis de que nunca segundas partes fueron buenas, con las excepciones de “El padrino 2” y “Desde Rusia con amor”. Hace ya muchos años que este dicho ha quedado obsoleto. “El imperio contraataca”, “Regreso al futuro 2” y “El caballero oscuro”, son algunos de los casos que agrandarían la exigua lista inicial, pero siguen siendo más los fiascos que los éxitos cuando hablamos de continuaciones. El cine de animación no es una excepción. A pesar de casos como Toy Story o Shreck, que han conseguido mantener con dignidad sus sagas, son mayoritarias las decepciones causadas por películas como “Cars 2”, “El tesoro de Simba”, “La sirenita 2. Regreso al mar”, “Mulan 2”, “El retorno de Jafar”, “La Bella y la Bestia. Una navidad encantada” o “Tarzán 2”, algunas de las cuales ni siquiera se estrenaron en salas y fueron directas al mercado de dvd´s.
Pues bien, puestos a hilar fino, déjenme que les diga que hay una tercera corriente. La de aquellas producciones que no se acercan a la calidad de la original, pero que no llegan a ser un fiasco y se ven con una mezcla de agrado y melancolía. En ese grupo destacaría “Monstruos University” y la película que nos ocupa, “Frozen 2”. Regresamos a Arandelle para ver como la tranquilidad alcanzada al final de la primera parte corre peligro cuando los secretos del pasado vuelven para alterar la vida en el reino. Elsa y Anna, ayudadas de nuevo por Olaf, Kristoff y Sven, se adentran en el bosque encantado para descubrir los orígenes de su familia y los secretos que ocultaron. Esta trama hace que Frozen 2 sea más seria que la primera. Los personajes han madurado y, salvo Olaf, han perdido gran parte de su inocencia. Además, Disney parece haberse centrado más en la calidad técnica con unos efectos visuales excelentes y una gama de colores que refuerza la historia en función del momento, pero vive de las rentas en cuanto al carisma de los personajes se refiere, nuevamente con la excepción de un Olaf que tiene momentos hilarantes.
La banda sonora, otra de las claves del mundo Disney, es potente aunque no tan pegadiza como su predecesora (quizás necesitemos más reproducciones para familiarizarnos con los nuevos temas) y, lo que a mí me resulta evidente, es que la elección de David Bisbal para la versión española no es la más acertada.
En definitiva, a mí me pareció una segunda parte decente que queda lejos de la original, pero no me hagan mucho caso. Quizás me viera influenciado por el hecho de que en cuanto me di cuenta de que Elsa y Anna habían madurado, me giré asustado para mirar a mis hijas y comprobar que aquellas niñas que vibraron en el cine en 2013 habían cedido su asiento a dos adolescentes. Dos jóvenes preciosas de las que me siento muy orgulloso y con las que cada día aprendo cosas nuevas y vivo experiencias diferentes. Pero que me recuerdan inolvidables e irrepetibles tiempos pasados que, a un nostálgico empedernido como yo, nos causa bastante desazón. www.habladecine.com
LO MEJOR: La técnica
LO PEOR: Ha perdido humor
VALORACION:
Fotografía: 9
Banda Sonora: 7
Personajes: 7
Guión: 6
Dirección: 7
Satisfacción personal: 6
NOTA FINAL: 7
