El arte aragonés guarda siempre un trazo con el que sorprendernos. Este jueves 15 de octubre, el Museo Goya, de la mano de Fundación Ibercaja, ha realizado la presentación del cuadro “Construcción del templo del Pilar por los Ángeles”, fechado a mediados del siglo XVIII. Representativo del arte rococó de esta época, la pieza ha sido catalogada por investigadores como una obra de Goya, evoca a la Santa Capilla del Pilar y, ahora, regresa al abrigo de Zaragoza junto al resto del patrimonio de los pintores coetáneos y del genio de Fuendetodos.
El óleo sobre lienzo de 0,79 x 1,08 m está dividido en dos planos, la parte terrenal y el rompimiento de gloria. Su iconografía está rodeada de querubines, maestros canteros y oficios propios de la época. El centro de la composición refleja el pórtico de la Santa Capilla, asemejándolo a una obra del pintor madrileño Antonio González Velázquez. Es una obra muy completa, que transporta al espectador a la Zaragoza romana, con una gala cromática luminosa y una marcada tradición pictórica. Muy probablemente, podría otorgarse a un maestro de la época. Una singularidad que, por aquel entonces, Goya tuviese 8 años y Ramón Bayeu 14. A su vez, representa el nivel que alcanzaron los artistas aragoneses en este periodo.
Tras visitar la ciudad hace 25 años, su salida a la venta se convirtió en una ocasión imperdible de recoger el arte aragonés. “Recuperamos historia, identidad y futuro. No debemos olvidar que el patrimonio es la mejor manera de construir una escalera hacia un futuro de progreso y de libertad”, ha celebrado el presidente de la Comisión de Cultura de la Real Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País de Zaragoza, Domingo Buesa.
La Fundación Ibercaja enriquece nuevamente la colección de arte del Museo Goya y reafirma su apuesta por la difusión de la cultura. “Los hombres y mujeres de este siglo intentaron arrojar luz a base de educación, cultura y aprendizaje. Como decía Goya: “Aún aprendo”, y este sigue siendo el objetivo de la fundación”, ha añadido el presidente de Fundación Ibercaja, Amado Franco.
El misterio que lo acompañó
Desde su descubrimiento, fue complicado para los estudiosos otorgar una autoría. El fervor artístico de mediados de siglo XVIII en Aragón fue muy alto y dificulta establecer quién de los pintores formados en la Academia de Luzán, escuela aragonesa, pudo realizarla. Hace años que la Fundación y el Museo Goya seguían la pista de esta pintura con afán de completar el muestrario del genio aragonés y el de sus compañeros de época. “Todo el mundo puede observar en el museo la contribución de estos artistas que trascendieron las fronteras”, ha subrayado la directora del Museo Goya, Rosario Añaños.
El museo adquiere un nuevo atractivo para el público y recupera su afluencia con 409 visitantes este fin de semana. En palabras de su directora, “Es un momento complicado para la cultura y agradecemos a todos los aragoneses que apuestan por seguir apoyando nuestra labor”, ha concluido.