Sousa, en el centro, e Yllera a la derecha, son sus creadores

La capital aragonesa ha acogido hoy la presentación de “La calle tiene magia” en el Centro Joaquín Roncal, un cortometraje que transmite la realidad más alegre y positiva de los músicos callejeros. Un trabajo de la productora La Calle Suena y creado por los artistas Gerardo Yllera, al frente de la fotografía, y Flavio Sousa, a cargo de la edición.

Ellos junto con esta productora fueron los organizadores en el año 2019 de un festival de música de calle en Madrid al que se presentaron un gran número de artistas dispuestos a dar lo mejor de ellos mismos. Este fue el germen de “La calle tiene magia”, ya que posteriormente muchos de los artistas participantes fueron entrevistados con el objetivo de contar sus historias.

“Aquí nadie nos calla, romper la monotonía es nuestra batalla”, canta uno de los raperos callejeros en el corto. Lo cierto es que la mayoría de los artistas entrevistados coinciden en que la música es “un arte libre, una vía de expresión” y uno en concreto, Arturo Pueyo, explicaba que “la recompensa más grande de un músico que se lanza a la calle es ver a la gente sonreír”.

Sin embargo, la realidad en ocasiones es más dura. “El público de la calle es difícil. Lo ganas, lo pierdes… Y también tienes una responsabilidad muy grande, porque hay vecinos que se pueden quejar del ruido, comercios a los que les molesta también el volumen de la música… Y esto es solo la punta del iceberg. Es un mundo complicado”, afirma el artista de la banda Funkolate, Carlos Tello.

Sousa, además de músico, es antropólogo de profesión, y destaca el papel reflexivo que tiene la música en las personas: “La música es una potente herramienta reflexiva. Repasa todo nuestro imaginario colectivo y es una excusa para pensar qué fuimos, qué somos y quién queremos ser. Por esto era necesario hacer este cortometraje”.

Además, la relación que establecen con el público estos artistas callejeros es cercana y verdadera: “La relación es totalmente horizontal y se crean buenas sinergias. Estamos al alcance y creo que a la gente le gusta tanto precisamente por esa cercanía que no pueden conseguir en conciertos de otro estilo”.

Por su parte, Yllera ha tocado en pequeñas salas con bandas de diferentes géneros como rock, funky y reggae. “No olvidaré mi primer día en la calle con el ukelele. Estaba muy nervioso pero cuando te acostumbras es una sensación maravillosa”, comenta. “La música es subjetiva, momentánea, efímera, complicada… pero todas estas características son las que la hacen única”, ha concluido.

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