La DPZ comienza las obras para restaurar la capilla de la Purificación de la catedral de Tarazona

Los trabajos tienen un plazo de ejecución de seis meses
photo_camera Los trabajos tienen un plazo de ejecución de seis meses

La Diputación de Zaragoza ha comenzado las obras para restaurar la capilla de la Purificación de la catedral de Tarazona, una construcción de mediados del siglo XVI de gran interés artístico. Los trabajos cuentan con un presupuesto de 225.771 euros cofinanciado con fondos Feder y tienen un plazo de ejecución de seis meses.

La intervención es una de las más importantes que se han acometido en los últimos años en la seo turiasonense e incluye tres tipos de actuaciones: trabajos de arqueología, la iluminación de la capilla y la recuperación de las pinturas murales históricas con relieves realizadas por Alonso González, artista que también pintó la bóveda de la capilla mayor y que está relacionado con el discípulo de Miguel Ángel Pietro Morone.

“Con estas obras cumplimos el compromiso que adquirimos con el obispo de Tarazona, Eusebio Hernández, y que se tradujo en la firma en 2017 de un convenio de colaboración para la restauración de la capilla de la Purificación”, destaca el presidente de la Diputación de Zaragoza, Juan Antonio Sánchez Quero. En virtud de ese acuerdo, la Diputación de Zaragoza se ha encargado de la redacción del proyecto y también ha asumido la financiación y la ejecución de los trabajos.

“Además, en las próximas semanas vamos a sacar a concurso una segunda fase de la actuación, que también correrá a cargo de la Diputación de Zaragoza y que permitirá restaurar y volver a montar otra de las joyas de la capilla de la Purificación: el retablo gótico de Martin Bernat”, ha adelantado Sánchez Quero, quien ha concretado que el pliego de la licitación ya está redactado y solo faltan los trámites administrativos para convocar el concurso.

La capilla de la Purificación fue construida dentro de la catedral de Tarazona a partir de 1551 en la nave del Evangelio, entre la de Santa Marta -actual de la Virgen del Pilar- y la de Santiago. Su entrada está presidida por un arco de yeso con imágenes del mismo material de San Pablo y Moisés que representan la nueva y la vieja ley, imágenes cuidadosamente policromadas.

El interior se cubre mediante elegante bóveda de crucería estrellada que rodea un octógono revestido de casetones figurados. El lado norte acoge un arcosolio doble, con un friso de yeso de espectacular decoración pictórica. Además, se conserva un bello retablo hispano flamenco anterior, de 1493, de Martín Bernat.