Más de 40 obras de Carmen Calvo fusionan fotografía y otros lenguajes en el Museo Pablo Gargallo

La artista somete esas fotografías que ella misma ha calificado de "muertas" a una operación de desarraigo y de descontextualización
photo_camera La artista somete esas fotografías que ella misma ha calificado de "muertas" a una operación de desarraigo y de descontextualización

La exposición “Carmen Calvo. Quietud y vértigo” fusiona fotografía con otros lenguajes construyendo un discurso lleno de ironía y humor que podrá disfrutarse hasta el 1 de septiembre. El punto de partida de las más de 40 obras son álbumes familiares que van desde los años 40 a los años 70 del siglo XX. Un punto de partida que no es casual ya que se trata de una etapa en la que España sentía el inmovilismo y la represión de la dictadura pero que paradójicamente experimentaba los primeros movimientos que reivindicaban la liberación de la mujer.

La comisaria, Oliva María Rubio, ha detallado como la artista construye “un mundo complejo y misterioso, no exento de humor e ironía, donde el feminismo y la crítica social, moral y religiosa se entrelazan y en el que es una constante la interrogación sobre las formas de comportamiento y de relación entre los seres humanos”. Su trabajo, ha añadido, “fusiona técnicas y utiliza materiales diversos. A menudo recurre a objetos encontrados o adquiridos en mercadillos, que combina de diversas maneras. Trabaja con pintura, objetos, cajas, instalaciones, dibujos, collages y fotografía intervenida.

La artista somete esas fotografías que ella misma ha calificado de “muertas” a una operación de desarraigo, de descontextualización, que “choca y sorprende”. “Vuelven a la vida”, ha destacado. Un proceso en el que no sólo las manipula, interviniendo con pintura de colores, arañándolas, añadiendo objetos, muñecos, crucifijos, textos, máscaras antigás, antifaces… sino igualmente las amplía de tamaño. “Los objetos no son escogidos al azar, están pensados expresamente para cada fotografía”, ha reconocido la artista.

Las imágenes renacen a una nueva vida, se produce en ellas un temblor, que desvela nuevos significados. “La quietud, el silencio, el olvido de esas pequeñas imágenes de la memoria familiar perdida, ahora rescatadas, se convierten en manos de la artista en sorpresa y vértigo, tal es la presencia y dimensión cognitiva que cobran en sus manos. Si la fotografía detiene el tiempo, ella nos la devuelve haciéndola presente”, ha afirmado la comisaria de la exposición.

La exposición “Quietud y vértigo” se podrá disfrutar desde este jueves hasta el 1 de septiembre en el Museo Pablo Gargallo de Zaragoza. El horario del museo es de martes a sábado de 10.00 a 14.00 horas y de 17.00 a 21.00 horas, así como domingos y festivos de 10.00 a 14.30 horas. Los lunes permanece cerrado.