El Museo de Huesca y Libelium apuestan por la tecnología para preservar el patrimonio cultural

Permite monitorizar y conocer a tiempo real el estado de las obra
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El Museo de Huesca y la empresa tecnológica Libelium han presentado este martes un novedoso proyecto conjunto de investigación tecnológico que contribuye a la preservación del patrimonio histórico-artístico. Permite monitorizar las condiciones ambientales y conocer a tiempo real y de forma remota el estado de las obras. Es la primera vez que se utiliza el “Internet de las Cosas” en el ámbito del patrimonio cultural.

“Lo que hemos hecho ha sido aplicar la tecnología de sensores inteligentes conectados a internet para poder monitorizar las condiciones ambientales de estas piezas de tanto valor cultural”, ha señalado la CEO de Libelium, Alicia Asín, en la presentación. Es la primera vez que se aplica esta tecnología en el ámbito de la preservación del patrimonio cultural. “Esperemos que sirva de espejo y referencia para otros museos que tengan obras sensibles”, ha apuntado Asín.

En concreto, se ha aplicado sobre el tapiz de Roda de Isábena y el textil islámico del Siglo XI conocido como el Tiraz de Colls. “Son dos de las piezas más emblemáticas que cuentan las colecciones del Museo de Huesca, muy delicadas y con unas condiciones de prevención muy específicas”, reconoce el director del Museo de Huesca, Fernando Sarría. A través de la tecnología se puede monitorizar la temperatura ambiente, la humedad ambiente, la presión y la contaminación lumínica, aspecto fundamental para la conservación.

“Otra novedad es que podemos tener información en tiempo real y de forma remota con conexión 4G”, ha destacado Alicia Asín, mostrando una App móvil que permite estar controlando los datos. El coste de esta tecnología ronda “los pocos cientos de euros por obra” y se podría estudiar un modelo de alquiler. Anteriormente se ha aplicado en la monitorización de viñedos, la contaminación ambiental de gases, la acústica en ciudades, y piscifactorías en Vitenam.

Asín ha señalado que el auge del turismo museístico en España “puede afectar a las condiciones de las obras”. En 2017, este tipo de turismo tenía un impacto de 14.000 millones de euros, batiendo las cifras récord de visitantes. “Con tanta gente se producen cambios bruscos en las piezas y permite saberlo en tiempo real”, ha reconocido la CEO de Libelium.