El Torreón Fortea juega con la exposición “Trampantojo. El placer del engaño”

La muestra da vida a las dos dimensiones haciendo un repaso por la historia de sus creadores
photo_camera La muestra da vida a las dos dimensiones haciendo un repaso por la historia de sus creadores

Trompe l’oeil es término francés que describe un arte donde el color, el sombreado y la perspectiva hacen que los objetos pintados parezcan tridimensionales. Sobre muebles, pinturas, paredes, techos o elementos decorativos, la exposición “Trampantojo. El placer del engaño” revela desde el 4 de mayo hasta el próximo 4 de julio que las ilusiones son más de lo que parecen.

El Torreón Fortea acoge esta muestra que reúne motivos artísticos desde el arte clásico hasta su explosión en el barroco. La exposición da vida a las dos dimensiones haciendo un repaso por la historia de sus fervientes creadores. “Es un relato de cómo aparece el primer trampantojo, como evoluciona a lo largo de los siglos a través de la pintura, la escultura y la fotografía”, ha indicado el comisario de la exposición, Carlos Blanco.

“Yo soy un hombre de teatro y el veneno sigue ahí”, ha advertido Blanco dándole a este arte un lugar predominante en la muestra, refiriéndose a él como la “ilusión por excelencia”. En el desarrollo de los dramaturgos ha adquirido un valor indispensable, ofreciendo al atrezzo, la iluminación o los personajes cualidades de todo tipo.

De ello se ha encargado el diseñador Jorge Rabadán, componiendo la sala de áreas de información que atienden al movimiento, el color y las formas, “jugando con el trampantojo y creando nuevos en el espacio”, ha valorado.

La muestra ha contado con la colaboración de un gran número de artistas, tanto del ámbito teatral, de la danza y de la imagen, además de contar con aportaciones de compañías teatrales como El Temple, Caleidoscopio, El Gato Negro, el Centro de Danza o el Ballet Nacional Noruego.

“El trampantojo ha invadido la cocina y la calle. Chefs de todo el mundo presentan en su platos alimentos que parecen una cosa pero saben a otra muy distinta. Al volver una esquina, un enorme dragón asoma por una fachada o la calzada se ha convertido en una enorme catarata”, reza uno de los lemas en la pared de la exposición.