En 1941, Hitler proclamaba su famoso decreto “Nacht und Nebel”, esto es, Noche y Niebla, por el cual se aprobaba la desaparición física de todo el que estuviese en contra o simplemente no fuese simpatizante del régimen nazi. Aquellos que llegaban a los campos de concentración con una NN marcada en su uniforme conocían su destino: desaparecer. La zaragozana Alfonsina Bueno y la bilbaína Lola García Echevarrieta llevaban la doble ene grabada en sus pijamas, pero no desaparecieron.
Su historia y la de nueve prisioneras españolas más que resistieron en el campo de exterminio de Ravensbrück son la razón de ser del libro ‘Noche y Niebla en los campos nazis: Historias heroicas de españolas que sobrevivieron al horror’ de la periodista y escritora, Mónica G. Álvarez.
“Son once heroínas de las que nunca se habla porque no empuñaban un arma, pero hicieron un papel fundamental en la resistencia francesa apoyando y colaborando siempre por y para sus compatriotas”, comentó la escritora en la presentación del libro en la Diputación Provincial de Zaragoza. Cada capítulo de la obra está dedicado a una de estas mujeres, tres de ellas eran aragonesas, que “sufrieron una doble victimización dentro de los campos de exterminio”.
“Ellas tenían que enfrentarse, además de a la deshumanización y a esa pérdida absoluta de dignidad, a una violencia sexual que es imposible de imaginar. Las trataban como conejillos de indias, experimentaban con ellas, les inoculaban todo tipo de sustancias para acabar con todo aquello que tuvieran dentro, las violaban y muchas veces las vaciaban para quitarles para siempre la posibilidad de tener hijos”, relató la escritora, a la que la obra ha hecho pagar “un peaje emocional muy alto, tanto que casi abandono ese proceso porque hay veces que no compensa”.
En este caso sí lo hizo porque Olvido, Elisa, Neus, Braulia, Alfonsina, Elisa, Constanza, Mercedes, Conchita, Lola y Violeta demostraron “fortaleza y valor y hay que reconocerlo y hablar de ellas porque son historias que remueven conciencias, que hay que enseñar y mostrar porque se lo merecen”, contó la autora.
En definitiva, y en palabras de la directora general de Patrimonio del Gobierno de Aragón, Marisancho Menjón, un relato de once mujeres que consiguieron sobrevivir gracias a esa “semilla que prende en el corazón para aferrarse a la vida habiendo pasado el horror y las torturas más inhumanas”.